Vistos los retos que tienen las sociedades de América Latina en los próximos años, es relevante analizar las capacidades de los gobiernos para enfrentar estos desafíos. Dentro de las prioridades que se pueden destacar están, en primer lugar, la superación de los impactos de la pandemia, y los cambios que impone el cambio climático.
El Índice de Efectividad Gubernamental (IEG), elaborado por el Banco Mundial, permite comparar entre países, y a lo largo del tiempo. La última medición disponible corresponde al año 2020. Este índice toma en cuenta los siguientes aspectos: percepciones de la calidad de los servicios públicos, calidad de los funcionarios públicos, grado de independencia del gobierno con respecto a las presiones políticas, calidad del diseño e implementación de políticas, y credibilidad del compromiso del gobierno con las políticas que propone. El IEG varía entre -2,5 (menos efectivo) y +2,5 (más efectivo).
De acuerdos con los datos correspondientes a 2020, la gran mayoría de los países de América Latina (14 de 20) tienen un IEG negativo. Los países con el IEG más negativo son: Haití (-2,03), Venezuela (-1,78), y Nicaragua (-0,71). Dentro de los países con IEG positivo se pueden discriminar dos grupos. En el primer grupo están tres países (Colombia, Panamá, y Perú), con valores de IEG menores a 0,3. En el segundo grupo están tres países (Costa Rica, Uruguay, y Chile), con valores de IEG entre 0,3 y 0,99 (Chile).
Dos aspectos se pueden derivar de estos resultados. En primer lugar, destaca el bajo desempeño de los gobiernos de la región, expresado por el IEG. Esto significa que las capacidades institucionales para el diseño e implementación de políticas, así como para la prestación de servicios públicos, requieren cambios sustanciales que permitan mejorar a su vez la gestión de los gobiernos, y, consecuentemente, tener impacto en el bienestar de los ciudadanos. El segundo aspecto está relacionado con la brecha entre los países con mayor IEG y los valores de los países de mayor desarrollo. Esto implica que también estos países deberán realizar mejoras sustantivas en la gestión pública para alcanzar un mayor nivel de efectividad.
Dado este contexto, plantear la superación de estas grandes restricciones de la efectividad de los gobiernos de la región, supone analizar en detalle los factores que afectan el diseño y la implementación de políticas. Que es otra forma de colocar el énfasis en el éxito de las políticas públicas, requisito central para superar los problemas acuciantes de América Latina.
Politemas, Tal Cual, 20 de abril de 2022