Después de revisar el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (ONUDC) del año 2010, no queda ninguna duda de que Venezuela se ha convertido en uno de los países con mayor tráfico de drogas en el mundo. Todo lo cual debe significar una profunda reflexión para toda la sociedad, y especialmente para el liderazgo político democrático. Es también muy evidente que esta situación se ha agravado en los últimos años, lo cual deja muy mal paradas las políticas públicas implementadas.
No es casual que la Oficina de Naciones Unidas se encargue al mismo tiempo de las drogas y el crimen. El auge del tráfico y consumo de drogas tiene su correlato en el aumento de la criminalidad. De manera que los efectos son amplios, masivos, generando desde las muertes relacionadas con la violencia hasta el deterioro institucional que acompaña al crimen organizado. Venezuela vive en consecuencia un serio problema de Estado. No se puede catalogar de otra forma.
El informe destaca que los efectos de las políticas de control de drogas, asociadas con el Plan Colombia, han ocasionado una migración de los núcleos de narcotráfico a países vecinos, especialmente Venezuela y Ecuador. Se señala también que entre 2006 y 2008, el 51% de los envíos de cocaína por vía marítima a Europa provinieron de Venezuela. En el caso de Colombia alcanzó al 5%.
Todo lo cual fundamenta la aseveración de que Venezuela ha emergido como un prominente sitio de trasbordo de cocaína. En el caso de cocaína que se transporta a los Estados Unidos, el informe señala que se origina en aeropuertos en territorio venezolano colindante con Colombia, y se allí viaja a República Dominicana, Honduras y otros países de Centro América y el Caribe, así como a países de África Occidental. En el caso de Francia, el 21% de la cocaína decomisada proviene de Venezuela. Para agravar más las cosas, se señala que ha aumentado el cultivo ilegal del opio, así como el procesamiento de cocaína en territorio nacional. Según el informe, existen en el país 10 laboratorios de cocaína.
No es de extrañar, como se señala, que haya aumentado el consumo de drogas en el país, así como la violencia criminal. Argumenta el informe que esto último se debe a la participación de grupos ilegales de Colombia en el comercio de cocaína, así como a la existencia de factores de riesgo como el Frente Bolivariano de Liberación y la existencia de milicias armadas, asociadas al auge del crimen organizado en otros países.
Todo lo anterior ha debido sobrar para abrir una investigación de marca mayor en la Asamblea Nacional. El país requiere una explicación de toda la cadena de responsables en la prevención y control del narcotráfico en el país. Esperemos que a partir del 5 de enero este tema sea de especial consideración de los nuevos parlamentarios. Es un asunto de Estado.
No es casual que la Oficina de Naciones Unidas se encargue al mismo tiempo de las drogas y el crimen. El auge del tráfico y consumo de drogas tiene su correlato en el aumento de la criminalidad. De manera que los efectos son amplios, masivos, generando desde las muertes relacionadas con la violencia hasta el deterioro institucional que acompaña al crimen organizado. Venezuela vive en consecuencia un serio problema de Estado. No se puede catalogar de otra forma.
El informe destaca que los efectos de las políticas de control de drogas, asociadas con el Plan Colombia, han ocasionado una migración de los núcleos de narcotráfico a países vecinos, especialmente Venezuela y Ecuador. Se señala también que entre 2006 y 2008, el 51% de los envíos de cocaína por vía marítima a Europa provinieron de Venezuela. En el caso de Colombia alcanzó al 5%.
Todo lo cual fundamenta la aseveración de que Venezuela ha emergido como un prominente sitio de trasbordo de cocaína. En el caso de cocaína que se transporta a los Estados Unidos, el informe señala que se origina en aeropuertos en territorio venezolano colindante con Colombia, y se allí viaja a República Dominicana, Honduras y otros países de Centro América y el Caribe, así como a países de África Occidental. En el caso de Francia, el 21% de la cocaína decomisada proviene de Venezuela. Para agravar más las cosas, se señala que ha aumentado el cultivo ilegal del opio, así como el procesamiento de cocaína en territorio nacional. Según el informe, existen en el país 10 laboratorios de cocaína.
No es de extrañar, como se señala, que haya aumentado el consumo de drogas en el país, así como la violencia criminal. Argumenta el informe que esto último se debe a la participación de grupos ilegales de Colombia en el comercio de cocaína, así como a la existencia de factores de riesgo como el Frente Bolivariano de Liberación y la existencia de milicias armadas, asociadas al auge del crimen organizado en otros países.
Todo lo anterior ha debido sobrar para abrir una investigación de marca mayor en la Asamblea Nacional. El país requiere una explicación de toda la cadena de responsables en la prevención y control del narcotráfico en el país. Esperemos que a partir del 5 de enero este tema sea de especial consideración de los nuevos parlamentarios. Es un asunto de Estado.
Politemas, Tal Cual, 1 de diciembre de 2010
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