En su Bilbao natal, a los 96 años, murió un venezolano de excepción. José María Bengoa fue venezolano desde el primer día. Había salido del País Vasco en 1937, luego del inicio de la Guerra Civil en España. Una corta estancia en Francia, y luego el encuentro con un pariente cercano, el padre jesuita Manuel Aguirre. Allí surgió la invitación para que se viniera a Venezuela.
Y así fue. José María Bengoa llega a Caracas el 25 de abril de 1938. Vive en La Pastora. No tenía papeles para ejercer la medicina. El ministro de Sanidad y Asistencia Social, Honorio Sigala, lo nombra médico de Sanare. Allí estuvo los siguientes tres años. Reconoce Bengoa que esos fueron los mejores años de su vida profesional.
La experiencia de Bengoa en Sanare le permite postular, con varias décadas de adelanto, lo que él denominó la “medicina social”. Esto es, la influencia de la sociedad, sus hábitos, costumbres, en la salud pública. Bengoa reconoce, en la realidad de Sanare, que la salud puede ser afectada por factores como el salario, la educación, el agua, la alimentación. Todo ese aprendizaje lo plasma en su libro “Medicina Social en el medio rural venezolano”, una de las contribuciones más significativas en la salud pública del siglo XX en el mundo.
En Sanare, Bengoa combina la reflexión con la práctica. Un día fue a visitar una mujer embarazada en su humilde vivienda. Había un niño de mirada triste, con el cuerpo hinchado, la piel en mosaico. Lo que presentaba el niño no se encontraba en los textos de medicina tropical de la época. Era el llamado síndrome pluricarencial, con deficiencia de proteína y vitaminas. Los niños sencillamente necesitaban alimentos. Fue de los primeros casos descritos en Venezuela.
Bengoa no lo dudó dos veces. En el patio del dispensario colocó unas colchonetas. Junto con el Dr. Agustín Zubillaga, atendía a los niños por tres y cuatro meses. Hasta que les volviera la sonrisa. Así nació la idea de los Centros de Recuperación Nutricional, pioneros en el mundo como alternativa contra la desnutrición.
De Sanare pasó Bengoa a Caracas. Es llamado para ayudar en la creación del Instituto Nacional de Nutrición, la Escuela de Nutricionistas y Dietistas de la UCV, así como de la revista Archivos Venezolanos de Nutrición. Todas instituciones que han perdurado hasta la fecha. En 1955 se marcha a la Organización Mundial de la Salud, a solicitud del Director General. Desde allí Bengoa se consagró a impulsar en todo el mundo en desarrollo las pautas del manejo nutricional, tanto en individuos como en comunidades, que había aprendido en Sanare. En algún momento llegó a decir en una conferencia en la India, que todo lo había aprendido en la “Universidad de Sanare”.
José María Bengoa fue considerado la “conciencia global de la nutrición comunitaria” por más de sesenta años. Nosotros en Venezuela también lo recordaremos siempre como el Maestro de Sanare.
Y así fue. José María Bengoa llega a Caracas el 25 de abril de 1938. Vive en La Pastora. No tenía papeles para ejercer la medicina. El ministro de Sanidad y Asistencia Social, Honorio Sigala, lo nombra médico de Sanare. Allí estuvo los siguientes tres años. Reconoce Bengoa que esos fueron los mejores años de su vida profesional.
La experiencia de Bengoa en Sanare le permite postular, con varias décadas de adelanto, lo que él denominó la “medicina social”. Esto es, la influencia de la sociedad, sus hábitos, costumbres, en la salud pública. Bengoa reconoce, en la realidad de Sanare, que la salud puede ser afectada por factores como el salario, la educación, el agua, la alimentación. Todo ese aprendizaje lo plasma en su libro “Medicina Social en el medio rural venezolano”, una de las contribuciones más significativas en la salud pública del siglo XX en el mundo.
En Sanare, Bengoa combina la reflexión con la práctica. Un día fue a visitar una mujer embarazada en su humilde vivienda. Había un niño de mirada triste, con el cuerpo hinchado, la piel en mosaico. Lo que presentaba el niño no se encontraba en los textos de medicina tropical de la época. Era el llamado síndrome pluricarencial, con deficiencia de proteína y vitaminas. Los niños sencillamente necesitaban alimentos. Fue de los primeros casos descritos en Venezuela.
Bengoa no lo dudó dos veces. En el patio del dispensario colocó unas colchonetas. Junto con el Dr. Agustín Zubillaga, atendía a los niños por tres y cuatro meses. Hasta que les volviera la sonrisa. Así nació la idea de los Centros de Recuperación Nutricional, pioneros en el mundo como alternativa contra la desnutrición.
De Sanare pasó Bengoa a Caracas. Es llamado para ayudar en la creación del Instituto Nacional de Nutrición, la Escuela de Nutricionistas y Dietistas de la UCV, así como de la revista Archivos Venezolanos de Nutrición. Todas instituciones que han perdurado hasta la fecha. En 1955 se marcha a la Organización Mundial de la Salud, a solicitud del Director General. Desde allí Bengoa se consagró a impulsar en todo el mundo en desarrollo las pautas del manejo nutricional, tanto en individuos como en comunidades, que había aprendido en Sanare. En algún momento llegó a decir en una conferencia en la India, que todo lo había aprendido en la “Universidad de Sanare”.
José María Bengoa fue considerado la “conciencia global de la nutrición comunitaria” por más de sesenta años. Nosotros en Venezuela también lo recordaremos siempre como el Maestro de Sanare.
Politemas, Tal Cual, 20 de enero de 2010
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