El gobierno del Candidato Continuista ya pasó de los 13 años. Eso significa que es el período presidencial más largo en la historia de la república. Es verdad que Gómez mandó 27 años. Pero al menos se “cuidó” de colocar a algunos presidentes que eran sus subalternos en la práctica. De manera que en la estricta formalidad, el actual Candidato Continuista ha sido el venezolano que ha detentado durante el período más largo la responsabilidad de la Presidencia de la República.
Pero el Candidato Continuista aspira más. Quiere colocar el “record” en 20 años. Y su argumento es sencillo: “yo soy el que soy”. Y punto. No importa que no se haya mejorado la seguridad, ni que no se creen empleos protegidos, ni que la salud y la educación estén en pobre estado, ni que esté incomunicado el Oriente del país, ni que la luz se vaya en la provincia varias veces al día, ni que la oferta de viviendas no alcance para la demanda existente. Nada de eso importa. La nueva promesa es que en el próximo período si se arreglarán todos esos “pequeños inconvenientes”.
Ya bastante es que los venezolanos hayamos retrocedido prácticamente cien años, a la época en la que hablar de continuismo era relativamente frecuente. José Rafael Pocaterra, en su celébre Memorias de un venezolano de la decadencia, lo llama la “tentación continuista”. Mientras muchos países han avanzado para incorporar limitaciones al ejercicio del poder, por estos lados aprobamos la reelección consecutiva con períodos más largos en la Constitución de 1999, y para remate aprobamos la reelección indefinida en 2009. Esa es la razón por la cual uno de los temas en esta campaña, es justamente la pretensión de continuar, de mandar para siempre, contrastada con la posibilidad de una gran innovación, representada por la candidatura de Henrique Capriles Radonski.
El Candidato Continuista no tiene posibilidades de contrarrestar la inmensa urgencia de cambio que se respira en el país, y que se fundamenta en el descalabro más monumental de la gestión pública en la historia de la república. Ya no tiene ni las ideas, ni lo equipos, ni inspira la confianza. Lo que el Candidato Continuista ha logrado consolidar es un inmenso hastío en los venezolanos. Nada de lo que diga u ofrezca en las próximas semanas logrará contrarrestar el gran deseo de que su gobierno no sea reelecto.
Y lo que tampoco tiene el Candidato Continuista son las posibilidades de iniciar una nueva etapa en el desarrollo del país. La monotonía, incompetencia y exclusión de su gobierno ha afectado la marcha de toda la sociedad. Y es por ello que la innovación está en otra parte. Está encarnada por el todo el vasto esfuerzo de Unidad y Progreso que se respira en Venezuela, y que tiene su expresión en la opción de triunfo que representa Henrique Capriles. La innovación está cada día más cerca.
Pero el Candidato Continuista aspira más. Quiere colocar el “record” en 20 años. Y su argumento es sencillo: “yo soy el que soy”. Y punto. No importa que no se haya mejorado la seguridad, ni que no se creen empleos protegidos, ni que la salud y la educación estén en pobre estado, ni que esté incomunicado el Oriente del país, ni que la luz se vaya en la provincia varias veces al día, ni que la oferta de viviendas no alcance para la demanda existente. Nada de eso importa. La nueva promesa es que en el próximo período si se arreglarán todos esos “pequeños inconvenientes”.
Ya bastante es que los venezolanos hayamos retrocedido prácticamente cien años, a la época en la que hablar de continuismo era relativamente frecuente. José Rafael Pocaterra, en su celébre Memorias de un venezolano de la decadencia, lo llama la “tentación continuista”. Mientras muchos países han avanzado para incorporar limitaciones al ejercicio del poder, por estos lados aprobamos la reelección consecutiva con períodos más largos en la Constitución de 1999, y para remate aprobamos la reelección indefinida en 2009. Esa es la razón por la cual uno de los temas en esta campaña, es justamente la pretensión de continuar, de mandar para siempre, contrastada con la posibilidad de una gran innovación, representada por la candidatura de Henrique Capriles Radonski.
El Candidato Continuista no tiene posibilidades de contrarrestar la inmensa urgencia de cambio que se respira en el país, y que se fundamenta en el descalabro más monumental de la gestión pública en la historia de la república. Ya no tiene ni las ideas, ni lo equipos, ni inspira la confianza. Lo que el Candidato Continuista ha logrado consolidar es un inmenso hastío en los venezolanos. Nada de lo que diga u ofrezca en las próximas semanas logrará contrarrestar el gran deseo de que su gobierno no sea reelecto.
Y lo que tampoco tiene el Candidato Continuista son las posibilidades de iniciar una nueva etapa en el desarrollo del país. La monotonía, incompetencia y exclusión de su gobierno ha afectado la marcha de toda la sociedad. Y es por ello que la innovación está en otra parte. Está encarnada por el todo el vasto esfuerzo de Unidad y Progreso que se respira en Venezuela, y que tiene su expresión en la opción de triunfo que representa Henrique Capriles. La innovación está cada día más cerca.
Politemas, Tal Cual, 22 de agosto de 2012
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