Antes de que termine esta década, México estará entre las diez economías más grandes del mundo. Y además, será el mayor exportador de bienes a los Estados Unidos. Más que China. De hecho, la economía mexicana ha crecido más que la de Brasil en 2011 y 2012. Es verdad que persiste una gran proporción de población en pobreza, pero en los últimos gobiernos se han implementado esfuerzos importantes para mejorar la atención en áreas como la salud, la educación y la protección social.
Estos inmensos retos de la sociedad mexicana requieren el establecimiento de grandes acuerdos. Que permitan avanzar hacia los próximos estadios del desarrollo de manera compacta y sostenible. El liderazgo político mexicano ha tenido la madurez para ponerse de acuerdo. A menos de 24 horas de la toma de posesión de Peña Nieto, se produce la firma del llamado “Pacto por México”. Es un acuerdo entre los tres principales partidos políticos mexicanos: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dicho acuerdo incluye 95 compromisos que tienen fechas exactas de cumplimiento, en las distintas fases de la implementación. Algunos de ellos suponen reformas de la constitución.
El hecho de que el PRI no haya logrado la mayoría parlamentaria fue un factor indudable para concretar el acuerdo. Aunque para llevar a cabo las reformas era requisito contar con las dos terceras partes de la representación parlamentaria. Ninguno de los actores políticos tenía la posibilidad de impulsar los cambios de manera aislada. Es por ello que se señala en el texto del Pacto que no se trata de un programa único. Lo que se impuso fue la convicción de que era fundamental construir un acuerdo mayoritario, sostenible, dirigido a solucionar los grandes problemas de los mexicanos.
El Pacto incluye medidas para desarrollar los derechos sociales y las libertades; promover el crecimiento económico, el empleo, y la competitividad; garantizar la seguridad pública; la transparencia en el manejo de los recursos públicos; y la gobernabilidad democrática. Se aspira concretar la cobertura universal de salud, reformas sustantivas de la educación pública, aumento de la inversión pública y privada, reformas de la gestión del petróleo y los minerales, reformas fiscales para promover el federalismo, así como el Plan Nacional de Prevención y Participación Comunitaria, entre otros aspectos.
México comienza un nuevo gobierno con una etapa de concertación política de gran significado histórico. Demostración de que los acuerdos son posibles cuando se coloca en el centro a los grandes objetivos de los ciudadanos. Es seguro que la implementación del Pacto por México llevará beneficios a todos los sectores de ese país. Para eso justamente son los acuerdos políticos.
Estos inmensos retos de la sociedad mexicana requieren el establecimiento de grandes acuerdos. Que permitan avanzar hacia los próximos estadios del desarrollo de manera compacta y sostenible. El liderazgo político mexicano ha tenido la madurez para ponerse de acuerdo. A menos de 24 horas de la toma de posesión de Peña Nieto, se produce la firma del llamado “Pacto por México”. Es un acuerdo entre los tres principales partidos políticos mexicanos: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dicho acuerdo incluye 95 compromisos que tienen fechas exactas de cumplimiento, en las distintas fases de la implementación. Algunos de ellos suponen reformas de la constitución.
El hecho de que el PRI no haya logrado la mayoría parlamentaria fue un factor indudable para concretar el acuerdo. Aunque para llevar a cabo las reformas era requisito contar con las dos terceras partes de la representación parlamentaria. Ninguno de los actores políticos tenía la posibilidad de impulsar los cambios de manera aislada. Es por ello que se señala en el texto del Pacto que no se trata de un programa único. Lo que se impuso fue la convicción de que era fundamental construir un acuerdo mayoritario, sostenible, dirigido a solucionar los grandes problemas de los mexicanos.
El Pacto incluye medidas para desarrollar los derechos sociales y las libertades; promover el crecimiento económico, el empleo, y la competitividad; garantizar la seguridad pública; la transparencia en el manejo de los recursos públicos; y la gobernabilidad democrática. Se aspira concretar la cobertura universal de salud, reformas sustantivas de la educación pública, aumento de la inversión pública y privada, reformas de la gestión del petróleo y los minerales, reformas fiscales para promover el federalismo, así como el Plan Nacional de Prevención y Participación Comunitaria, entre otros aspectos.
México comienza un nuevo gobierno con una etapa de concertación política de gran significado histórico. Demostración de que los acuerdos son posibles cuando se coloca en el centro a los grandes objetivos de los ciudadanos. Es seguro que la implementación del Pacto por México llevará beneficios a todos los sectores de ese país. Para eso justamente son los acuerdos políticos.
Politemas, Tal Cual, 5 de diciembre de 2012
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