El gobierno actual crea ilusiones. Más que resolver problemas, su objetivo es describirlos. De allí que la comunicación sea el eje de las políticas. Todo el esfuerzo se coloca en lo que la gente debe percibir, más que ir al fondo de los problemas. Con todos los recursos comunicacionales a su antojo, y la poca disposición a atenerse a reglas y regulaciones, es bastante previsible el resultado. Mucha gente cree cosas que no son. Y el gobierno se esfuerza en repetir incansablemente las supuestas virtudes de una política que solo existe en la imaginación.
Lo anterior se expresa muy nítidamente en el sector salud. El actual gobierno ha invertido cantidades inmensas de recursos y se ha apoyado en la asistencia técnica cubana para crear las ilusiones de “cambios” en la atención de salud. Funcionarios del gobierno han repetido sistemáticamente que ahora la población tiene resuelto el acceso a los servicios de salud. Hasta organismos internacionales, poco cuidadosos de su perfil técnico, han elaborado publicaciones citando datos que no resisten el menor análisis.
Como resultado, se ha creado una matriz de opinión entre sectores de la población que destaca la supuesta efectividad de las políticas del gobierno. Es muy posible que para ello haya contribuido el acercamiento de personal de salud a las comunidades. Iniciativa muy loable pero insuficiente para dar respuesta pertinente a las demandas de salud de los ciudadanos.
La realidad es muy diferente de la que muestra la prédica oficial. Tomemos como ejemplo la atención infantil. Si efectivamente el gobierno hubiera sido exitoso en mejorar las condiciones de atención de los niños venezolanos, sumado a los recursos administrados, no deberíamos tener una tasa de mortalidad infantil que es el doble de la que tienen los países más avanzados de la Región. Más aún, desde 1998, Venezuela ha retrocedido en lo que respecta a la mortalidad infantil. Tres puestos, esto es, del lugar 8 en 1998 al lugar 11 en 2010. Retroceso en vez de avanzar. Si a ello sumamos que casi el 50% de las muertes en menores de un año son completamente prevenibles, y que la cobertura de inmunizaciones no alcanza muchas veces los requerimientos exigidos, tenemos todo un cuadro preocupante de las reales capacidades del sector salud para atender los problemas de la población.
Al final se espera que prevalezca la “sensación” ante los problemas. Lo cierto del caso es que la gestión del actual gobierno en la salud nos ha hecho retroceder en el contexto de América Latina y el Caribe. Tenemos un sistema de salud que camina hacia atrás dirigido por un gobierno incompetente que cree que se las sabe todas. Un gobierno que no está en capacidad de atender efectivamente las grandes demandas de salud de los venezolanos. Es un gobierno en su gran marcha hacia el pasado.
Lo anterior se expresa muy nítidamente en el sector salud. El actual gobierno ha invertido cantidades inmensas de recursos y se ha apoyado en la asistencia técnica cubana para crear las ilusiones de “cambios” en la atención de salud. Funcionarios del gobierno han repetido sistemáticamente que ahora la población tiene resuelto el acceso a los servicios de salud. Hasta organismos internacionales, poco cuidadosos de su perfil técnico, han elaborado publicaciones citando datos que no resisten el menor análisis.
Como resultado, se ha creado una matriz de opinión entre sectores de la población que destaca la supuesta efectividad de las políticas del gobierno. Es muy posible que para ello haya contribuido el acercamiento de personal de salud a las comunidades. Iniciativa muy loable pero insuficiente para dar respuesta pertinente a las demandas de salud de los ciudadanos.
La realidad es muy diferente de la que muestra la prédica oficial. Tomemos como ejemplo la atención infantil. Si efectivamente el gobierno hubiera sido exitoso en mejorar las condiciones de atención de los niños venezolanos, sumado a los recursos administrados, no deberíamos tener una tasa de mortalidad infantil que es el doble de la que tienen los países más avanzados de la Región. Más aún, desde 1998, Venezuela ha retrocedido en lo que respecta a la mortalidad infantil. Tres puestos, esto es, del lugar 8 en 1998 al lugar 11 en 2010. Retroceso en vez de avanzar. Si a ello sumamos que casi el 50% de las muertes en menores de un año son completamente prevenibles, y que la cobertura de inmunizaciones no alcanza muchas veces los requerimientos exigidos, tenemos todo un cuadro preocupante de las reales capacidades del sector salud para atender los problemas de la población.
Al final se espera que prevalezca la “sensación” ante los problemas. Lo cierto del caso es que la gestión del actual gobierno en la salud nos ha hecho retroceder en el contexto de América Latina y el Caribe. Tenemos un sistema de salud que camina hacia atrás dirigido por un gobierno incompetente que cree que se las sabe todas. Un gobierno que no está en capacidad de atender efectivamente las grandes demandas de salud de los venezolanos. Es un gobierno en su gran marcha hacia el pasado.
Politemas, Tal Cual, 6 de marzo de 2013
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