En las últimas semanas la “revolución” ha mostrado con más claridad sus objetivos. Se trata de convertir a Venezuela en la nueva Cuba. Una cosa es que las realidades sean diferentes, que medien cincuenta años. Todo eso es verdad. Pero no deja de serlo que el actual gobierno quisiera que las cosas en Venezuela fueran como son en Cuba. Por una parte, un gobierno autocrático, eterno, de partido único, con un liderazgo personalista indiscutido. Que el actual gobierno “tenga que soportar” a sectores que lo adversan en todos los campos, no lo hace democrático. La democracia requiere respeto y consideración con el adversario político. Nada más alejado de la visión del actual gobierno.
También el gobierno quisiera que pudiera manejar la economía al “estilo cubano”. Todo, de verdad todo, en manos del Estado, vale decir, en manos de los gobernantes de turno. Sin ningún respeto por la propiedad privada, ni por el Estado de Derecho, ni por las reglas que promueven la productividad de los países. Todos los trabajadores dependiendo del Estado, teniendo que rendir pleitesía al gobierno por cada “beneficio” recibido.
Cuba tiene el gobierno que se adapta a la concepción marxista-leninista de la revolución. Un gobierno comunista. El único de América. Pero es el tipo de gobierno que constituye el ejemplo a seguir por los responsables de la “revolución” venezolana. No hay que darle muchas vueltas al asunto. En ese tipo de gobierno, cerrado, personalista, con la sociedad anulada, es donde pueden expresarse las concepciones que la élite dominante tiene sobre la política.
Lo que oculta el actual gobierno son las reales condiciones en las cuales se debate la vida en Cuba. En el año 1958 Cuba ocupaba el tercer lugar en la región cuando se examinaba el PIB per cápita. Luego de cincuenta años de revolución, el balance es decepcionante. La economía cubana hoy en día es una de las más rezagadas en el continente. Por ejemplo, la fabricación de abonos, textiles, zapatos, jabón, disminuyó más de 85% entre 1958 y 2007. Algo similar sucedió con la producción de azúcar, de 8 millones de toneladas en 1958 a 1,2 millones de toneladas en 2007. La zafra de este último año fue la peor desde 1903. El rendimiento industrial del sector azucarero disminuyó casi 25% en el período señalado. La producción de tabaco, café, frijoles, carne de vacuno, carne de aves, leche y cabezas de ganado era menor en 2007 a la de 1958.
En la primera década del Siglo XXI, Cuba no tiene mucho que ofrecer en términos de producción e innovación. La economía cubana se encuentra en proceso de regresión en muchas áreas, sin dinamismo, sin inversiones. Más grave aún es la consecuencia en el bienestar de los ciudadanos. Quizás por eso es que para la gran mayoría de los venezolanos, Cuba no es el ejemplo a seguir.
También el gobierno quisiera que pudiera manejar la economía al “estilo cubano”. Todo, de verdad todo, en manos del Estado, vale decir, en manos de los gobernantes de turno. Sin ningún respeto por la propiedad privada, ni por el Estado de Derecho, ni por las reglas que promueven la productividad de los países. Todos los trabajadores dependiendo del Estado, teniendo que rendir pleitesía al gobierno por cada “beneficio” recibido.
Cuba tiene el gobierno que se adapta a la concepción marxista-leninista de la revolución. Un gobierno comunista. El único de América. Pero es el tipo de gobierno que constituye el ejemplo a seguir por los responsables de la “revolución” venezolana. No hay que darle muchas vueltas al asunto. En ese tipo de gobierno, cerrado, personalista, con la sociedad anulada, es donde pueden expresarse las concepciones que la élite dominante tiene sobre la política.
Lo que oculta el actual gobierno son las reales condiciones en las cuales se debate la vida en Cuba. En el año 1958 Cuba ocupaba el tercer lugar en la región cuando se examinaba el PIB per cápita. Luego de cincuenta años de revolución, el balance es decepcionante. La economía cubana hoy en día es una de las más rezagadas en el continente. Por ejemplo, la fabricación de abonos, textiles, zapatos, jabón, disminuyó más de 85% entre 1958 y 2007. Algo similar sucedió con la producción de azúcar, de 8 millones de toneladas en 1958 a 1,2 millones de toneladas en 2007. La zafra de este último año fue la peor desde 1903. El rendimiento industrial del sector azucarero disminuyó casi 25% en el período señalado. La producción de tabaco, café, frijoles, carne de vacuno, carne de aves, leche y cabezas de ganado era menor en 2007 a la de 1958.
En la primera década del Siglo XXI, Cuba no tiene mucho que ofrecer en términos de producción e innovación. La economía cubana se encuentra en proceso de regresión en muchas áreas, sin dinamismo, sin inversiones. Más grave aún es la consecuencia en el bienestar de los ciudadanos. Quizás por eso es que para la gran mayoría de los venezolanos, Cuba no es el ejemplo a seguir.
Politemas, Tal Cual, 9 de junio de 2010
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