Maduro casi cumple el mes de juramentado. Sumado a los años anteriores en el gobierno, nadie podría decir que es un novato. Fueron largas las horas en el anterior gobierno, oyendo, pero también tomando decisiones en su área de influencia. Además de ser Canciller, también fue Vicepresidente. Mucha responsabilidad y experiencia compartida para decir ahora que no conoce. Pero lo cierto del caso es que Maduro no parece tener la menor idea sobre las dimensiones de los problemas que confrontan los venezolanos. Y mucho menos de las soluciones.
Con respecto a la inseguridad, la “genial” idea de llenar las calles de soldados ya tiene su fracaso anticipado. El efecto será solamente para llamar la atención. Los problemas de fondo que caracterizan la inseguridad de los venezolanos quedarán sin mayor variación. Ante la mayor angustia de los ciudadanos, el gobierno ya da muestras de que seguiremos sin soluciones. Eso de traer a otros a resolver los problemas, en este caso a los militares, no es buen signo de las capacidades reales del gobierno.
Por si fuera poco lo anterior, Maduro también se ha estrenado con un completo desconocimiento sobre la escasez que está castigando sin clemencia a todos los sectores. Su interpretación es bastante simple, más bien, rudimentaria y prejuiciada. Según Maduro, la escasez es responsabilidad de los sectores productivos. Según él, los que quieren vender para tener ganancias, no lo hacen, solamente para “fregar” al gobierno. Todos los empresarios que tienen inversiones de años y con cientos de miles de empleados, según Maduro, se han puesto de acuerdo para no vender, y someter sus negocios a la posibilidad de quiebra. Esta “lógica” de Maduro no es menos que ridícula.
Luego, sigue Maduro, si los empresarios venezolanos son unos “masoquistas” que quieren acabar con sus negocios, entonces hay que “buscarlos” en el exterior. Y de allí que en los viajes de la semana pasada, el gobierno ofrece comprar cientos de miles de toneladas de alimentos a empresarios de otros países. Estos últimos empresarios, dice Maduro, si son “revolucionarios”. Se “sacrifican” para ayudar a los venezolanos.
Maduro, no queda duda, está completamente desubicado. Desconoce que este largo gobierno ha exterminado la capacidad productiva de la economía venezolana. Más del 95% de las divisas que obtenemos provienen de la venta de petróleo. Quince años atrás el 50% de las divisas provenían de la exportación de bienes industrializados. Todo eso lo acabó esta administración. Si a ello sumamos la política de agresiones contra la propiedad, y el control en materia de precios, tasa de cambio, salarios, entre otros, no es difícil explicar este panorama de escasez e inflación. Para todos estos problemas Maduro no tiene soluciones. Está definitivamente perdido.
Con respecto a la inseguridad, la “genial” idea de llenar las calles de soldados ya tiene su fracaso anticipado. El efecto será solamente para llamar la atención. Los problemas de fondo que caracterizan la inseguridad de los venezolanos quedarán sin mayor variación. Ante la mayor angustia de los ciudadanos, el gobierno ya da muestras de que seguiremos sin soluciones. Eso de traer a otros a resolver los problemas, en este caso a los militares, no es buen signo de las capacidades reales del gobierno.
Por si fuera poco lo anterior, Maduro también se ha estrenado con un completo desconocimiento sobre la escasez que está castigando sin clemencia a todos los sectores. Su interpretación es bastante simple, más bien, rudimentaria y prejuiciada. Según Maduro, la escasez es responsabilidad de los sectores productivos. Según él, los que quieren vender para tener ganancias, no lo hacen, solamente para “fregar” al gobierno. Todos los empresarios que tienen inversiones de años y con cientos de miles de empleados, según Maduro, se han puesto de acuerdo para no vender, y someter sus negocios a la posibilidad de quiebra. Esta “lógica” de Maduro no es menos que ridícula.
Luego, sigue Maduro, si los empresarios venezolanos son unos “masoquistas” que quieren acabar con sus negocios, entonces hay que “buscarlos” en el exterior. Y de allí que en los viajes de la semana pasada, el gobierno ofrece comprar cientos de miles de toneladas de alimentos a empresarios de otros países. Estos últimos empresarios, dice Maduro, si son “revolucionarios”. Se “sacrifican” para ayudar a los venezolanos.
Maduro, no queda duda, está completamente desubicado. Desconoce que este largo gobierno ha exterminado la capacidad productiva de la economía venezolana. Más del 95% de las divisas que obtenemos provienen de la venta de petróleo. Quince años atrás el 50% de las divisas provenían de la exportación de bienes industrializados. Todo eso lo acabó esta administración. Si a ello sumamos la política de agresiones contra la propiedad, y el control en materia de precios, tasa de cambio, salarios, entre otros, no es difícil explicar este panorama de escasez e inflación. Para todos estos problemas Maduro no tiene soluciones. Está definitivamente perdido.
Politemas, Tal Cual, 15 de mayo de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario