En los últimos días muchos productos de primera necesidad han aumentado de precio. El BCV no ha reportado el índice de escasez del mes de febrero. Y ya entramos en abril. Por doquier se repite la historia de las colas y de los cambios en la rutina que obliga a ir prácticamente a diario al mercado. Todas estas son expresiones del monumental fracaso de la política económica del actual gobierno. Los resultados son muy evidentes: la economía más inflacionaria del planeta, la mayor escasez conocida desde que se lleva el registro, y una marcha indetenible hacia la reducción del crecimiento.
El gobierno tiene lustros enfrentando esa debacle con propaganda. Utilizando la gran cantidad de medios a su disposición para difundir ideas totalmente inexactas sobre la situación concreta de los venezolanos. Y dentro de los argumentos que ha utilizado, hay uno que es particularmente cínico. Dice el gobierno que el problema es que se ha producido más de la cuenta. Y que en consecuencia, no se ha podido ir a la par del afán “consumista” de los vcnezolanos. En conclusión, si hay escasez, es porque la gente consume más que lo requerido. Cuando dejen de consumir, sigue el razonamiento, todo volverá a la normalidad.
Para que lo anterior fuera correcto, se requerirían dos cosas. La primera tiene que ver con lo que producimos dentro del país. Esto es, debería haber más producción para que todos esos alimentos fueran a satisfacer esa “extraordinaria” demanda. La segunda es disponer de tantos dólares para importar todos los productos
Veamos la primera. Según las cifras oficiales de Fedeagro, en 2007 se produjeron 900.000 toneladas de arroz. En 2012 se produjo menos de 700.000 toneladas. En el mismo año se produjeron poco más de 2.000.000 de toneladas de maíz. En 2012 no se alcanzó la cifra de 1.500.000 de toneladas. La producción de café en 2012 fue casi la mitad que la obtenida en 2007. Y así puede seguirse en muchos casos. Hoy en día se produce mucho menos que hace siete años. Las colas que se ven en todos los rincones del país son producto de la caída de la producción. Con el agravante que antes se suplían con importaciones. Ahora no hay para eso.
De manera que el aumento del consumo de los alimentos se hizo a expensas de importaciones, cuando se pudo. Lo que hemos tenido como contrapartida es un deterioro formidable de la producción nacional. Resultado de distorsiones en los precios por la intervención exagerada del gobierno, por agresiones a los productores con expropiaciones, violaciones al derecho de propiedad, por la persistencia de obvios desequilibrios que penalizan la iniciativa privada. Todo lo que ha venido en materia de inestabilidad económica está basado en el diseño y ejecución de políticas económicas equivocadas. Lo que padecemos es la consecuencia directa de la escasez de criterio.
Politemas, Tal Cual, 2 de abril de 2014
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