Desde el 1 de noviembre de 2014 no existe información epidemiológica disponible en el país. Tan sencillo como eso. Han pasado 12 semanas desde la publicación de la última información que indica el número de casos de las enfermedades notificables en el país. En otras palabras, no se conoce la magnitud, ubicación geográfica y otras características de los casos que pueden afectar a millones de venezolanos.
La situación de especial carestía en bienes de consumo básico y las implicaciones que han tenido en los medios, así como el estupor que predomina en el país por la ausencia de una política que encare la situación económica, son dos factores que han influido para que no se conozca el estado de desinformación que predomina en el sector salud.
Las consecuencias son directas. No se conoce el número final de los casos de malaria ocurridos en el año 2014. Ya para el último boletín reportado se estimaba que se podía cerrar con el mayor número de casos de malaria desde que se publican estas cifras. De manera que al no informar nadie conoce el dato, y por consiguiente, no se puede afirmar lo que se sospecha.
Igual sucede con el dengue. La cifra de casos de dengue reportados en el último boletín indicaba que ya era superior a la de 2013. Con lo cual es muy posible que la cifra de casos también se hubiera colocado en una de las más altas en la historia del país. Tampoco conocemos la cifra final. De manera que no podemos conocer la magnitud de la situación.
Ni hablar de la epidemia de Chikungunya. Ni uno solo de los casos de esta enfermedad ha sido reportado. Estimaciones de especialistas la colocan en millones de casos. Nuevamente no tenemos la información oportuna y fidedigna.
La solución de este gobierno para esos problemas de salud es simplemente no hablar de ellos. Como si al hacerlo desaparecieran las angustias y sufrimientos de las personas que las padecen. La irresponsabilidad del gobierno es absoluta. No solamente es una agresión a la vida y la seguridad de las personas, también es un mensaje con el que se demuestra que no existe ninguna preocupación por resolver el problema de las personas afectadas. Simplemente lo que se pretende es esconder la realidad para obtener un beneficio de corto plazo, es pasar desapercibido, no enfrentar el cumplimiento de las tareas.
Lo que sucede con la salud es similar a lo que sucede con la economía. Desde hace casi un año no se reporta el índice de escasez, tampoco se conoce la tasa de inflación de los últimos meses. El gobierno ha decidido eliminar los problemas desapareciendo los datos. Tienen la ingenua idea de que de esa forma pueden salir del atolladero. La terca realidad se encarga de hundirlos más.
Politemas, Tal Cual, 28 de enero de 2015
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