La actual administración tiene una fórmula bastante “sui géneris” para “resolver” los problemas públicos. Pareciera que con esa combinación quieren enfrentar todas las penurias de los venezolanos. La primera parte de la fórmula es utilizar el poder del gobierno para eliminar la información sobre el problema en cuestión.
Tomemos por ejemplo el caso de la malaria. Al igual que el resto de las enfermedades notificables, el registro de casos de malaria se publicaba en el Boletín Epidemiológico elaborado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. En varias oportunidades este largo gobierno suspendió la elaboración del Boletín. De esa manera sencillamente “desaparecía” el problema. La última suspensión, señalada como “definitiva”, comenzó en noviembre del año pasado. En consecuencia, desde hace 8 meses los venezolanos no conocen de fuente oficial el número de casos de malaria, vale decir, el número de personas afectadas y el efecto que puede tener en otras poblaciones en riesgo.
Para el momento de la suspensión del Boletín, se habían registrado en el país 73.572 casos de malaria en lo transcurrido de 2014. Dicha cifra permitía suponer que el año 2014 podía cerrar con la cifra más alta de casos de malaria en la historia del país. Esto es, superar los 76.621 casos de malaria que se habían registrado en 2013 (año tope en número de casos hasta la fecha). La solución del gobierno fue sencilla. Simplemente no se informa más sobre el tema. Y la apuesta es directa: si no se habla del tema, desaparece de la agenda, y listo, el problema está resuelto.
Lo que por supuesto no asume el gobierno es que tal información, en primer lugar, no le pertenece. Esa información pertenece a todos los venezolanos. El gobierno está responsabilizado de obtener esa información, administrarla, y particularmente, presentarla a toda la población. En segundo lugar, porque es un deber ético y un compromiso con la salud de los venezolanos. Pero eso, francamente, es mucho pedir a estas alturas del partido.
Luego del ocultamiento de la información, viene la segunda fase para “resolver” el problema. Si un país tiene la cifra más alta de casos de malaria en su historia, y están afectadas decenas de miles de personas, y otras decenas de miles se encuentran en riesgo de adquirir la enfermedad, lo menos que debe hacer un gobierno es explicar lo que está haciendo, las razones de la epidemia, las dificultades que está experimentando en el control de la malaria, y, finalmente, proponer los correctivos. Para eso es justamente el informe a la Asamblea Nacional en la llamada Memoria y Cuenta anual.
En el caso que nos ocupa, la Memoria del año 2014 tiene 750 páginas. En ninguna de esas páginas se dice nada de lo anterior. El problema de la malaria de los venezolanos sencillamente no existe. Como en tantas áreas, el gobierno aplica la fórmula. Primero elimina la información, luego elimina las políticas. Y mientras eso pasa, la calidad de vida de los venezolanos continúa su deterioro. Con lo cual el gobierno ratifica su récord: la peor gestión pública en todo el planeta.
Politemas, Tal Cual, 8 de julio de 2015
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