La educación abre puertas. Facilita que los ciudadanos adquieran destrezas y habilidades. Favorece el desarrollo de las ideas. Da a cada individuo la posibilidad de mejorar su nivel de vida y el de los suyos. Promueve en niños, adolescentes y adultos las opciones para transformar. Para crear cosas nuevas. La educación es otra forma de decir libertad. Sin embargo, para que la educación sea un poderoso medio de cambio, personal y colectivo, debe llegarle a todos. No debe haber exclusiones. Y mientras sea de mejor calidad, contribuirá más con la innovación y la creatividad. Este es, probablemente, el reto más democrático del desarrollo.
Venezuela ha experimentado el extraordinario efecto de la ampliación de la educación. Un estudio reciente de la UNESCO indica que el 38,7% de nuestra población mayor de 65 años terminó la educación primaria. En el grupo entre 15-19 años de edad este porcentaje sube al 90%. Es decir, en un período de 50 años hemos aumentado de manera significativa el acceso a la educación primaria.
Este progreso, sin embargo, muestra signos preocupantes de estancamiento. El informe reciente de Naciones Unidas, “Objetivos del Milenio: Una mirada desde América Latina y el Caribe” (www.eclac.org), revela que el país no está en el grupo de los países con más adelantos educativos en la Región.
La Tercera Meta del Milenio es lograr que la educación primaria sea universal, para todos los niños y niñas, en el año 2015. Se entiende, de acuerdo con la UNESCO, que la primaria debe “proporcionar a los alumnos una sólida educación básica en lectura, escritura, y aritmética, junto con conocimientos elementales en otras asignaturas como historia, geografía, ciencias naturales, ciencias sociales, arte y música”.
Para el año 2001, los países de la Región que tenían más de 95% de matrícula en primer grado eran: Argentina, Perú, República Dominicana, Panamá, Brasil, México y Cuba. Argentina y Perú marchaban adelante con 100% de matrícula. Venezuela ocupó el octavo lugar, empatada con Paraguay, con 92% de matrícula.
Pero no basta con el ingreso en primer grado. Es importante saber el porcentaje de estudiantes que culminan la educación primaria. Sólo tres países de la Región han logrado que al menos 95% de los estudiantes que entran a primer grado culminen la educación primaria (cifras del año 2002). Ellos son: Uruguay, Chile, y Argentina. Venezuela ocupa el séptimo lugar, empatada con Colombia, con 90%.
Más importante aún es la estimación que hace Naciones Unidas sobre los países que alcanzarán el 95% de culminación de educación primaria en el año 2015. Junto con Uruguay, Chile y Argentina, se incorporarían: Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú. Lamentablemente, Venezuela no entraría en ese grupo al ritmo de progreso actual. Cuando muchos avanzan, nosotros quedamos atrás.
De acuerdo con estas previsiones, llegaríamos al 2015 sin garantizar el 95% de cobertura de educación primaria. Lejos de países que han contado con menos recursos que el nuestro. Presenciando el aumento de la brecha del conocimiento en un mundo cada vez más complejo. Excluyendo de antemano a casi el 10% de nuestra población de las capacidades básicas para vivir en una sociedad abierta y productiva. Si a ello sumamos la exclusión que se produce en los niveles superiores nos queda un cuadro bien preocupante.
Atender la educación de los ciudadanos, especialmente de aquellos más excluidos, es un asunto de Estado. Es la vara que mide a los gobiernos. Hoy esa vara indica que nos estamos quedando atrás. Irresponsablemente atrás.
Politemas, Tal Cual, 29 de junio de 2005
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