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miércoles, 16 de diciembre de 2015

El "buen gobierno" de Putin y Lukashenko

En su última gira, especialmente en su visita a Rusia y Bielorrusia, el presidente Chávez ha dejado muy claro ante el mundo el tipo de gobierno de su preferencia. En su visita privada al Kremlin el presidente señaló que lamentaba la desaparición de la Unión Soviética. También indicó que el mundo requería una Rusia fuerte. En la capital de Bielorrusia felicitó al presidente Lukashenko por la forma de conducir el gobierno en ese país. También afirmó que Venezuela debería estrechar lazos con este país para enfrentar al imperialismo.

Todas esas opiniones contradicen la opinión internacional sobre ambos gobiernos. Nada más revisar los análisis más recientes de Amnistía Internacional y de Human Rights Watch sobre la situación de los derechos humanos en Rusia y Bielorrusia, basta para saber que Putin y Lukashenko conducen a sus países en la dirección opuesta de una sociedad democrática y pluralista.

En el caso de Rusia se han desencadenado muchas presiones contra los defensores de derechos humanos y la sociedad civil independiente. Las autoridades han cercenado el ejercicio pacífico de los derechos de libertad de expresión y reunión. Los periodistas han sido intimidados y atacados y uno de ellos, Anna Politkovskaya, fue asesinada el año pasado. 

También las autoridades rusas han fallado en el enfrentamiento del racismo y de la discriminación contra las personas por causa de la identidad étnica o de la orientación sexual. La violencia contra las mujeres es generalizada. La policía frecuentemente persigue a los guardaespaldas designados para proteger detenidos contra la tortura. También persisten las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzosas, y los centros de detenciones no-oficiales. Las detenciones arbitrarias han continuado en el Cáucaso Norte, especialmente en Chechenia. La Corte Europea de Derechos Humanos sentenció que Rusia ha violado los derechos a la vida, libertad, seguridad, y al respeto por la vida privada y familiar. También ha indicado que el gobierno ruso ha fallado en cooperar completamente con los mecanismos internacionales de derechos humanos contra la tortura.

En Bielorrusia ha aumentado el número de detenciones de activistas de la sociedad civil al mismo tiempo que se han aprobado cambios legales que han limitado la libertad de asociación. Los activistas de la oposición han sido arbitrariamente detenidos en masa después de las manifestaciones posteriores a las elecciones presidenciales de 2006. Continúa el uso de la pena de muerte. Tampoco ha habido progreso en la investigación sobre casos de desaparición forzosa.

Las violaciones de los derechos de expresión y reunión del gobierno Lukashenko han sido condenadas sistemáticamente por la comunidad internacional. La Misión de Observación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa criticó la conducta del gobierno en las elecciones de marzo de 2006. La Misión constató el uso arbitrario del poder del Estado y detenciones masivas. También el Consejo de la Unión Europea criticó las elecciones y condenó la violencia utilizada por las autoridades bielorusas contra los manifestantes. Además, la Unión Europea estableció medidas restrictivas contra 31 oficiales del gobierno de Bielorrusia por violaciones de estándares electorales internacionales y por el debilitamiento de la sociedad civil y de la oposición democrática. Incluso se llegó a congelar las cuentas del presidente Lukashenko y de otros 35 oficiales del gobierno.

En el año 2006 once prisioneros de conciencia fueron retenidos en cárceles bielorusas. Uno de ellos es el excandidato presidencial Alyaksandr Kazulin. Fue sentenciado a cinco años y medio de prisión por “organizar actividades que alteraron el orden público”. Otros dos opositores fueron liberados después de cumplir condenas de dos años por haber publicado un panfleto crítico al presidente Lukashenko.

Los gobiernos alabados por el presidente Chávez se encuentran entre los peores en el respeto a los derechos humanos a escala global. Que sean estos gobiernos los seleccionados para concretar alianzas con Venezuela es una clara demostración de lo que hemos retrocedido en nuestra capacidad democrática.

Politemas, Tal Cual, 4 de julio de 2007

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