Barack Obama tiene poco más de dos meses para organizar su gobierno. Ya ha dicho que cuatro años serán pocos para la profundidad de cambios que aspira impulsar. Como casi todos los presidentes norteamericanos ya está lanzado para la reelección.
Para Venezuela la acción del gobierno de Obama será un aspecto fundamental. Tanto en la política exterior, como en la económica, y especialmente en la energética. Nuestro principal comprador de crudo ejerce, sin duda, un especial rol en nuestras políticas. De manera que es prioritario tratar de esbozar cuáles serán las principales pautas de la Administración Obama para Venezuela.
En esa tarea dos premisas pueden ayudar. La primera es que el presidente Obama es un líder del Partido Demócrata. Muchos han señalado que es un dirigente disciplinado. De manera que es poco probable que sus políticas sean diferentes a las acordadas por el Partido Demócrata, al menos en las primeras etapas de la administración. La segunda premisa es que la sociedad política norteamericana quizás constituye el mayor entramado de intereses de grupos y sectores diversos. No es probable que las políticas de la próxima administración sean contrarias a los consensos fundamentales que se incubaron en la campaña electoral. En otras palabras, el presidente Obama deberá esforzarse por mantener y consolidar los acuerdos políticos que lo llevaron a la presidencia. Por lo cual es muy difícil imaginarse contradicciones con tales acuerdos.
Todo lo cual nos lleva a examinar los acuerdos que se concretaron en las propuestas del binomio Obama-Biden, tal como se encuentra detallado en el respectivo sitio web. Dos aspectos deben tomarse en cuenta: la política con respecto a América Latina y el Caribe, y la política energética.
Señala el programa de la administración Obama que la política de Bush fue negligente hacia los amigos e inefectiva con los adversarios de Estados Unidos. Más aún, señalan que la política de Bush creó un vacío para demagogos que promueven una agenda anti-americana. No hablan del gobierno del presidente Chávez pero es obvio que se refieren a él.
Prometen una nueva etapa en las relaciones basada en la promoción de la democracia y la seguridad hemisférica. También señalan que apoyarán democracias que tengan fuertes poderes legislativos, sistemas judiciales independientes, prensa libre, y ejercicio del Estado de Derecho. Es obvio también que los países que no cumplan con los requerimientos anteriores tendrán un trato diferente. Finalmente, señalan que promoverán los acuerdos por energía limpia y el cumplimiento de las Metas del Milenio, ofreciendo 50 mil millones de dólares en apoyo financiero. Se opondrán a los acuerdos comerciales que afecten la seguridad económica de los Estados Unidos y apoyarán las políticas contra el tráfico de drogas y la violencia.
En el área energética la Administración Obama aspira eliminar las importaciones de petróleo de Venezuela en los próximos 10 años. Con todas las palabras se menciona lo anterior. Para ello proponen aumentar los estándares de ahorro de combustible, así como la producción de vehículos híbridos en territorio de Estados Unidos (hasta 1 millón para el año 2015). También indican descuentos de impuestos para los que compren vehículos ahorradores de combustible, y aumento de la producción de bio-combustibles.
De acuerdo con lo anterior, las políticas de la Administración Obama no son favorables para el actual gobierno de Venezuela. Ni en lo político ni en lo económico. Quizás por eso se explique la disposición de nuestro gobierno para “conversar”. Es poco probable que haya una respuesta favorable de parte del nuevo gobierno de Estados Unidos.
Politemas, Tal Cual, 12 de noviembre de 2008
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