El gobierno solo se ha quedado con una “política”. Esta es, decir que no habrá referéndum revocatorio. Es todo lo que señalan. Ante la solicitud de la gran mayoría del país, la respuesta del gobierno es simplemente negar la realidad. Para ello es indispensable que el CNE juegue su rol, es decir, que consiga los más desatinados y descarados argumentos para colocar todos los obstáculos imaginables en la ruta de la celebración del revocatorio.
Mientras esa es la única política del gobierno, el país sigue su curso de deterioro, ocasionado por supuesto por la magna incompetencia en el manejo de los asuntos públicos. El ritmo inflacionario avanza sin mayor contención, eso significa la continuación de la destrucción del ingreso de las familias, así como la afectación de las condiciones de vida en todas sus manifestaciones. No es entonces azaroso que el gobierno se encuentre en la peor percepción en la opinión pública que haya tenido gobierno alguno en la historia del país.
No queda mayor duda de que el actual gobierno tiene sus días contados. No puede regresar ya. De manera que lo que está planteado es que los sectores que lo componen, en toda su extensión, ya estén considerando las alternativas. Algo así como que los más altos representantes contemplan a los que están decidiendo su futuro sin poder influir en lo que hagan. Es un gobierno en búsqueda de final.
Mientras eso le pasa al gobierno, la alternativa democrática tiene retos fundamentales. El primero, tal como lo ha venido consolidando desde hace siete años, es persistir en la Unidad, en la ampliación de su fuerza y de su calidad. La cercanía de eventos que podrían posibilitar la transformación sustantiva de la situación política, es quizás el mayor incentivo para que la Unidad se profundice. Todo este proceso de acumulación unitaria está dando sus resultados, se expresa en la visión que se ha logrado transmitir a toda la población y que cuenta hoy con el amplio respaldo de la gran mayoría del país.
El segundo reto es justamente la movilización que significará la expresión de la solicitud de al menos 20% de los votantes por el referéndum revocatorio. Sin dudas, los ojos del mundo estarán sobre Venezuela entre el 26 y 28 de octubre. Es algo que no puede evitar el gobierno. Eso significa que será una oportunidad extraordinaria para expresar, ante propios y extraños, que la voluntad de la Unidad se expresa en los canales democráticos posibles, a través de la conducta pacífica y de la exigencia por un mecanismo tan sencillo como tomar en cuenta la opinión de cada ciudadano.
El tercer reto tiene que ver con los imponderables de la historia. En este momento es muy difícil pronosticar lo que puede pasar luego del 28 de octubre. Los efectos de la manifestación popular expresada en la solicitud del referéndum, pueden ser totalmente significativos, especialmente para el gobierno. De manera que la Unidad estará en la circunstancia de expresar ante el país y el mundo, la convicción de que puede conducir los destinos del país en una nueva etapa. Todos los esfuerzos por estar a la altura de esa exigencia serán vitales para el bienestar de los venezolanos. Es el tamaño del desafío.
Politemas, Tal Cual, 28 de septiembre de 2016
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