La última vez que conversé personalmente con Mercedes Pulido fue el 18 de enero de este año. Coincidimos en el programa matutino de Alba Cecilia Mujica y Sergio Novelli en Onda La Superestación. La idea del programa era analizar la Memoria y Cuenta que días antes había presentado el Ejecutivo. Como de costumbre, fue una gran experiencia compartir ese día con Mercedes. Siempre tenía un ángulo diferente, algo que llamaba a la reflexión, una nueva idea surgida del intercambio. Producto de una de sus virtudes más notorias, la espontaneidad, decir lo que le parecía, en tono de mucho respeto, pero siempre con mucha franqueza.
Buscando en Twitter los mensajes reportados ese día por Alba Cecilia y Sergio, se hace mención a dos de sus comentarios, muy a tono también con la actualidad. Mercedes tenía la virtud de expresar en una corta frase todo un mensaje. Mi impresión es que su mente de editora, luego de unos cuantos años en la dirección de SIC, afianzaron ese rasgo: condensar en una idea toda una interpretación. Dijo Mercedes ese día que las protestas eran “la única forma de hacer una presencia”. Los acontecimientos de los últimos meses han demostrado que había mucho de cierto en esa afirmación. Desafortunadamente su partida el 23 de agosto se produjo una semana antes de la mayor concentración que se haya visto en Caracas. Podríamos decir, siguiendo sus palabras, que la presencia se manifestó en las calles de nuestra ciudad.
También dijo Mercedes ese día que el gobierno actual debía “ceder en su arrogancia”. Lo ocurrido en los últimos días ha demostrado que el gobierno no está dispuesto a ceder, que más bien lo que ha pasado es que la gran mayoría del país está completamente decidida a impulsar con el voto la sustitución de una forma de gobernar tan incompetente y fracasada, por otra al servicio de la gente. Lo cual no quita que sería bueno tener un gobierno menos arrogante, como decía Mercedes.
Al finalizar el programa nos quedamos conversando un rato. Me contó que estaba animada con un curso de educación a distancia que estaba organizando con colegas fuera del país. Que le gustaba la idea de aprender esas cosas. Me contó de sus hijos, de los nietos. Me preguntó por mi esposa, por mis hijos, por mi mamá, sobre cómo llevaba el fallecimiento de mi papá, por los proyectos. Puedo decir que pasamos revista a todo lo que nos unía, y quedamos en vernos en su casa para seguir conversando.
Lamento mucho que no hayamos podido volver a conversar. Con motivo de mi incorporación a la Academia Nacional de Medicina, me envió un cariñoso correo electrónico. Nuevamente hicimos el propósito de sentarnos un rato. Mercedes ha sido una personalidad de gran impacto en la vida de los venezolanos. Su acción pública transciende en múltiples facetas. Sobre sus contribuciones se escribirá cada día más.
Para aquellos que tuvimos la oportunidad de trabajar con ella en múltiples proyectos, muchas veces por su iniciativa y persistencia, la pérdida es muy grande. Como compañera de jurados de tesis, Mercedes era insuperable. Iba directo al punto. Al mismo tiempo que realizaba una consideración, expresaba siempre una idea que servía para mejorar, antes que nada estimular a los estudiantes. Esa parece haber sido su consigna. A la rigurosidad unía la justicia en la evaluación, especialmente por el impulso que puede hacerse al reconocer el trabajo serio y sistemático. Su valoración por la vida académica, y por las posibilidades de plantearse preguntas y tratar de responderlas, era contagiosa. Para sus compañeros en la Unidad de Políticas Públicas en la USB, Mercedes siempre será un testimonio de compromiso con la gente, con los aportes de la academia, con la búsqueda de alternativas para solucionar problemas. Mercedes fue, sin dudas, una vida dedicada a servir. La extrañaremos. También trabajaremos para continuar sus aportes y enseñanzas.
Politemas, Tal Cual, 7 de septiembre de 2016
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