En 2030, en todos los hogares del mundo, el gasto de bolsillo en salud no debería superar el 10% del ingreso mensual. El gasto de bolsillo corresponde a todos los pagos de servicios de salud que se realicen en efectivo o con cargo directo a las cuentas de las personas del hogar. Es decir, que no sean gastos prepagados, sea por la existencia de un seguro público o privado. Esta meta corresponde al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) identificado con el número 3.8 en lo que respecta a la protección financiera en salud. Y como tal, forma parte de los ODS aprobados en 2015 en Naciones Unidas, y ratificados por 193 países.
Hasta este punto todo va muy bien. Porque garantizar que en todos los países del mundo el gasto de bolsillo en salud no supere el 10% del ingreso mensual, beneficiará indudablemente a miles de millones de personas. Cuando este gasto de bolsillo supera el 10% se denomina “gasto catastrófico” en salud. Dicho de otra manera, en 2030 el gasto catastrófico en salud en todos los hogares del mundo debería ser 0%.
Si se examina la información disponible, se puede tener mejor idea de las exigencias que conlleva alcanzar este aspecto del ODS 3.8. En el último reporte de la OMS y el Banco Mundial sobre protección financiera en salud, publicado a finales de 2021, se indica que en el Reino Unido el gasto catastrófico en salud afectaba al 2,3% de la población en 2018. En América Latina, en los tres países con menor proporción de gasto de bolsillo (según las cuentas nacionales), Uruguay, Colombia, y Argentina, el gasto catastrófico, de acuerdo con la última medición reportada (entre 2016 y 2017), era 2,3%, 8,2%, y 9,6%, respectivamente. En el caso de Cuba, que también tiene un bajo gasto de bolsillo por cuentas nacionales, no están disponibles mediciones de gasto catastrófico. De acuerdo con estos niveles, es evidente que disminuir el gasto catastrófico a 0% constituye una extraordinaria meta del desarrollo.
Según lo anterior, se podría imaginar que reducir el gasto catastrófico en salud es una meta que debe estar incluida en los planes de desarrollo de los países de América Latina. En realidad, es solo imaginación. El Observatorio Regional de Planificación para el Desarrollo de la Cepal, permite ubicar y analizar los planes de desarrollo publicados desde 2015 (porque los ODS fueron aprobados ese año). En primer lugar, se constata que para seis países de la región (de un total de 20): Paraguay, Haití, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, y Costa Rica, no están disponibles los planes de desarrollo en este sitio web de Cepal. En el caso de Uruguay, el documento se menciona, pero no se puede obtener.
En los planes de desarrollo de los restantes 13 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, y Venezuela) no aparece ninguna mención a la meta de reducir el gasto catastrófico en salud. De tal manera que, al día de hoy, en los planes de desarrollo vigentes, no existe ninguna manifestación que permita eliminar la desprotección en salud de cientos de millones de latinoamericanos para el año 2030. Si ya es difícil alcanzar una meta de desarrollo cuando es definida, para las que son inexistentes la posibilidad de lograrlas es casi nula.
Estas evidencias indican que el logro de los ODS, y en particular, el correspondiente a la protección financiera en salud, está en una fase absolutamente incipiente (luego de siete años de la aprobación). No se constata que los ODS estén incluidos en las estrategias de desarrollo de los países de la región. De tal manera que influir en la incorporación de los ODS en la visión de desarrollo de los países, es una tarea más que urgente para los centros académicos, organizaciones de la sociedad, civil, instituciones multilaterales, partidos políticos, entre otras instancias. De lo contrario, alcanzar plenamente los ODS se convertirá cada día en un desafío más difícil.
Politemas, Tal Cual, 30 de noviembre de 2022
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