El actual gobierno acabó con el Estado Federal Descentralizado. Los avances realizados durante la última década del siglo pasado, para vincular la gestión pública a las condiciones concretas de los ciudadanos, prácticamente han desaparecido. Las competencias que habían sido transferidas a los Estados han sido retomadas por el Ejecutivo Nacional. Como resultado, muchos de los problemas de los venezolanos se han agravado.
El Estado Federal Descentralizado es un mandato de la Constitución de 1999. No solo porque fue producto de la discusión y el acuerdo en la Asamblea Nacional Constituyente, sino porque fue la forma seleccionada por los venezolanos para fortalecer y ampliar la democracia desde hace más de treinta años. Recordemos los pasos dados para aumentar la autonomía municipal, la participación vecinal, y finalmente la aprobación de la elección directa de gobernadores y alcaldes a finales de los ochenta.
Los cambios que trajo la descentralización fueron visibles, cercanos a los ciudadanos. La calidad de los servicios sociales, en salud, educación, atención infantil, aumentó gracias a la directa relación con las necesidades de los usuarios. El traslado de los puertos, aeropuertos, e infraestructura a los Estados trajo como resultado el aumento de la inversión en estas áreas y mejoras en la movilidad. Bajo el impulso de estas innovaciones se formó una nueva generación de gerentes públicos en los Estados y municipios.
Todo lo anterior fue ratificado por la Constitución de 1999. En el concepto del Estado Federal Descentralizado se incorpora la visión del desarrollo del país que considera la diversidad regional y local, así como las exigencias de corresponsabilidad, especialmente en el ámbito fiscal e institucional, en un marco de cooperación entre todos los niveles de gobierno. El federalismo cooperativo es la forma de ampliar la democracia y el bienestar.
Es claro entonces que el Estado Federal Descentralizado es contrario a la visión autoritaria y centralista en el manejo del poder. De allí que tarde o temprano sería atacado por el actual gobierno. Y así pasó. Sin embargo, tales demandas populares siguen presentes. Hoy en día, justamente por padecer las ausencias en el desarrollo de la descentralización, los ciudadanos están más apegados a la idea de contar con gobiernos regionales y locales que atiendan sus problemas.
La Unidad Democrática ha asumido al federalismo cooperativo, en los términos señalados en la Constitución, como un eje de su propuesta programática y de su acción política. Los candidatos de la Unidad a las gobernaciones y alcaldías han sido seleccionados con el voto de los ciudadanos. El candidato Capriles Radonski será el líder de este amplio esfuerzo de innovación institucional. Tiene el equipo listo para la tarea.
El Estado Federal Descentralizado es un mandato de la Constitución de 1999. No solo porque fue producto de la discusión y el acuerdo en la Asamblea Nacional Constituyente, sino porque fue la forma seleccionada por los venezolanos para fortalecer y ampliar la democracia desde hace más de treinta años. Recordemos los pasos dados para aumentar la autonomía municipal, la participación vecinal, y finalmente la aprobación de la elección directa de gobernadores y alcaldes a finales de los ochenta.
Los cambios que trajo la descentralización fueron visibles, cercanos a los ciudadanos. La calidad de los servicios sociales, en salud, educación, atención infantil, aumentó gracias a la directa relación con las necesidades de los usuarios. El traslado de los puertos, aeropuertos, e infraestructura a los Estados trajo como resultado el aumento de la inversión en estas áreas y mejoras en la movilidad. Bajo el impulso de estas innovaciones se formó una nueva generación de gerentes públicos en los Estados y municipios.
Todo lo anterior fue ratificado por la Constitución de 1999. En el concepto del Estado Federal Descentralizado se incorpora la visión del desarrollo del país que considera la diversidad regional y local, así como las exigencias de corresponsabilidad, especialmente en el ámbito fiscal e institucional, en un marco de cooperación entre todos los niveles de gobierno. El federalismo cooperativo es la forma de ampliar la democracia y el bienestar.
Es claro entonces que el Estado Federal Descentralizado es contrario a la visión autoritaria y centralista en el manejo del poder. De allí que tarde o temprano sería atacado por el actual gobierno. Y así pasó. Sin embargo, tales demandas populares siguen presentes. Hoy en día, justamente por padecer las ausencias en el desarrollo de la descentralización, los ciudadanos están más apegados a la idea de contar con gobiernos regionales y locales que atiendan sus problemas.
La Unidad Democrática ha asumido al federalismo cooperativo, en los términos señalados en la Constitución, como un eje de su propuesta programática y de su acción política. Los candidatos de la Unidad a las gobernaciones y alcaldías han sido seleccionados con el voto de los ciudadanos. El candidato Capriles Radonski será el líder de este amplio esfuerzo de innovación institucional. Tiene el equipo listo para la tarea.
Politemas, Tal Cual, 18 de abril de 2012
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