Andrés Izarra acudió a la risa burlona para desviar la atención del argumento central de Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia: las muertes por violencia han aumentado en Venezuela de manera significativa hasta el punto de ser ahora el país más inseguro de la región. Todo eso ante la permisividad del gobierno. Aparte de la risa, que no es otra cosa que el mayor desprecio por el dolor de millones de venezolanos, Andrés Izarra sólo pudo esgrimir que no eran cifran oficiales. El representante del gobierno, especialmente si es director de un medio internacional, debe informarse más y ser respetuoso con los argumentos que no comparta.
El Observatorio Venezolano de la Violencia es un esfuerzo singular de cooperación en Venezuela. En un tema de especial relevancia para los ciudadanos, hasta el punto de ser considerado como el principal problema en todas las encuestas. El Observatorio reúne a los más calificados expertos nacionales en el tema, de diversas universidades y centros de estudios, sus informes anuales son referencia obligada para los interesados en el problema dentro y fuera del país. Cualquiera que haya revisado esos informes encontrará que se caracterizan por la minuciosidad y la referencia sistemática de las cifras oficiales. Lo que no puede adjudicarse al Observatorio es que el gobierno no publique más cifras oficiales.
Pero si Izarra quiere sólo cifras oficiales, le podemos indicar algunas. Para que las memorice. Sólo tomemos el Anuario de Mortalidad, el cual, a menos que Izarra no lo sepa, es la referencia para las muertes oficialmente reconocidas por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. Lo primero que habría que decir es que las últimas cifras corresponden al año 2007. Ya deberíamos tener las del año 2009. Izarra podría echar una mano allí, pidiéndole al ministerio que las publique. Pero, sigamos.
En 1998, según la fuente oficial indicada, tuvimos en Venezuela 4.721 muertes relacionadas con el uso de armas de fuego. Eso equivalió al 4,6% de todas las muertes en el país. En el año 2007 tuvimos 16.423 muertes por la misma causa, representando el 12,8% de todas las muertes de ese año. Casi cuatro veces más. Pero comparemos ahora manzana con manzanas. Y eso requiere utilizar el concepto de tasas, en cual a Izarra no se le vio muy ducho que digamos.
Las muertes relacionadas con el uso de armas de fuego en el grupo comprendido entre 15 y 29 años de edad fueron 3.329 en el año 1998. En 2007 ascendieron a 9.797. La tasa en 1998 fue 52 muertes por 100.000 habitantes del grupo. En 2007 la tasa pasó a ser 130 muertes por 100.000. Alguien debería explicarle a Izarra que eso significa que la probabilidad de que un joven entre 15 y 29 años muera por armas de fuego, aumentó dos veces y media entre 1998 y 2007. Tome nota, Izarra. Le hace falta.
El Observatorio Venezolano de la Violencia es un esfuerzo singular de cooperación en Venezuela. En un tema de especial relevancia para los ciudadanos, hasta el punto de ser considerado como el principal problema en todas las encuestas. El Observatorio reúne a los más calificados expertos nacionales en el tema, de diversas universidades y centros de estudios, sus informes anuales son referencia obligada para los interesados en el problema dentro y fuera del país. Cualquiera que haya revisado esos informes encontrará que se caracterizan por la minuciosidad y la referencia sistemática de las cifras oficiales. Lo que no puede adjudicarse al Observatorio es que el gobierno no publique más cifras oficiales.
Pero si Izarra quiere sólo cifras oficiales, le podemos indicar algunas. Para que las memorice. Sólo tomemos el Anuario de Mortalidad, el cual, a menos que Izarra no lo sepa, es la referencia para las muertes oficialmente reconocidas por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. Lo primero que habría que decir es que las últimas cifras corresponden al año 2007. Ya deberíamos tener las del año 2009. Izarra podría echar una mano allí, pidiéndole al ministerio que las publique. Pero, sigamos.
En 1998, según la fuente oficial indicada, tuvimos en Venezuela 4.721 muertes relacionadas con el uso de armas de fuego. Eso equivalió al 4,6% de todas las muertes en el país. En el año 2007 tuvimos 16.423 muertes por la misma causa, representando el 12,8% de todas las muertes de ese año. Casi cuatro veces más. Pero comparemos ahora manzana con manzanas. Y eso requiere utilizar el concepto de tasas, en cual a Izarra no se le vio muy ducho que digamos.
Las muertes relacionadas con el uso de armas de fuego en el grupo comprendido entre 15 y 29 años de edad fueron 3.329 en el año 1998. En 2007 ascendieron a 9.797. La tasa en 1998 fue 52 muertes por 100.000 habitantes del grupo. En 2007 la tasa pasó a ser 130 muertes por 100.000. Alguien debería explicarle a Izarra que eso significa que la probabilidad de que un joven entre 15 y 29 años muera por armas de fuego, aumentó dos veces y media entre 1998 y 2007. Tome nota, Izarra. Le hace falta.
Politemas, Tal Cual, 18 de agosto de 2010
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