Algo tiene que haber salido mal en la Sala Situacional del Alto Gobierno. Lo que comenzó siendo como una campaña para convencer al país de que estábamos “blindados”, ha terminado como una pesadilla. No tanto por el año que está terminando, malo, ciertamente, sino por el año que viene. El 2010 es un año que el gobierno quiere sacar del almanaque. Quisiera que pasara rápido. Que llegáramos de un viaje al 2012. No es tan fácil.
Apenas el 25 de febrero de este año, el ministro Rodríguez Araque anunció que la economía venezolana podía sostenerse “tres años sin sacrificios”. Hablaba el Ministro de la “garantía de solidez” que presentaba el cuadro económico del país. Seguía el Ministro en la “lucidez” de su análisis: “en comparación con otros países, Venezuela está en muchas mejores condiciones para encarar el conflicto”. Ya se había producido la caída de los precios del petróleo. Sin embargo, el Ministro hablaba de la “estabilidad” asegurada por el precio de nuestro casi único producto de exportación. Una perogrullada para terminar: “… en el caso de Venezuela, la crisis sólo nos afectará en función de la variación de los precios del petróleo”. Análisis de antología, pues.
No había pasado un mes de estas declaraciones cuando el gobierno se tuvo que dirigir al país para informarle que la “solidez” no era tal. Y así empezó la lucha del gobierno por esconder la gravedad de la situación. Apostando a su única carta: el aumento de los precios del petróleo. Es muy probable que el gobierno haya creído que podía cerrar el año 2009 con un pequeño crecimiento económico. Quizás esperando que para esta época del año ya el precio del barril hubiera vuelto por sus fueros.
No se trata de una caída temporal de precios. Se trata de que tal disminución de ingresos fiscales encuentra al país en un período de caída brutal de la inversión, con desajustes evidentes en los sectores productivos, comprando más en el exterior que lo que producimos. De manera que el aumento de los precios no es suficiente para obviar la profundidad de la crisis productiva que vivimos.
Es por ello que hace menos de una semana, el ministro Rodríguez Araque tiene que reconocer que la estimación del gobierno es “cero” crecimiento para este año. Y siguió tan campante. Con crecimiento poblacional de 2,5%, no es muy buena noticia constatar el crecimiento nulo de la economía Especialmente cuando hay riesgo de que incluso haya decrecimiento.
También para desviar la atención el ministro plantea su “recetario” de políticas. Incluye en ellas que debe haber “alta inversión en el sector productivo”, “reforma estructural de una serie de instrumentos legales”, “incrementar la producción de alimentos”, “construcción de viviendas”, “inversión en infraestructura”. Como si el Ministro no hubiera participado en el gobierno desde el día inicial de estos casi once años. Como si no hubiera ninguna responsabilidad por parte del gobierno en la crisis que padecemos.
Todo no paró allí. El Ministro también reconoció que la “meta” de crecimiento es 0,5% para el año que viene, “con la idea de ir llegando progresivamente hasta un 4% en el 2012”. Lo dijo rápido, como si quisiera “saltar” de una vez tres años por delante. Para obviar el mar de dificultades que experimentarán los venezolanos, especialmente los más pobres, porque hay un gobierno en Miraflores que no tiene la capacidad política y técnica para enfrentar el desarrollo sostenible del país. Para hacernos olvidar lo complicado que se avizora el año 2010. Porque quizás el Ministro sabe que el destino del 2010 ya lo alcanzó.
Apenas el 25 de febrero de este año, el ministro Rodríguez Araque anunció que la economía venezolana podía sostenerse “tres años sin sacrificios”. Hablaba el Ministro de la “garantía de solidez” que presentaba el cuadro económico del país. Seguía el Ministro en la “lucidez” de su análisis: “en comparación con otros países, Venezuela está en muchas mejores condiciones para encarar el conflicto”. Ya se había producido la caída de los precios del petróleo. Sin embargo, el Ministro hablaba de la “estabilidad” asegurada por el precio de nuestro casi único producto de exportación. Una perogrullada para terminar: “… en el caso de Venezuela, la crisis sólo nos afectará en función de la variación de los precios del petróleo”. Análisis de antología, pues.
No había pasado un mes de estas declaraciones cuando el gobierno se tuvo que dirigir al país para informarle que la “solidez” no era tal. Y así empezó la lucha del gobierno por esconder la gravedad de la situación. Apostando a su única carta: el aumento de los precios del petróleo. Es muy probable que el gobierno haya creído que podía cerrar el año 2009 con un pequeño crecimiento económico. Quizás esperando que para esta época del año ya el precio del barril hubiera vuelto por sus fueros.
No se trata de una caída temporal de precios. Se trata de que tal disminución de ingresos fiscales encuentra al país en un período de caída brutal de la inversión, con desajustes evidentes en los sectores productivos, comprando más en el exterior que lo que producimos. De manera que el aumento de los precios no es suficiente para obviar la profundidad de la crisis productiva que vivimos.
Es por ello que hace menos de una semana, el ministro Rodríguez Araque tiene que reconocer que la estimación del gobierno es “cero” crecimiento para este año. Y siguió tan campante. Con crecimiento poblacional de 2,5%, no es muy buena noticia constatar el crecimiento nulo de la economía Especialmente cuando hay riesgo de que incluso haya decrecimiento.
También para desviar la atención el ministro plantea su “recetario” de políticas. Incluye en ellas que debe haber “alta inversión en el sector productivo”, “reforma estructural de una serie de instrumentos legales”, “incrementar la producción de alimentos”, “construcción de viviendas”, “inversión en infraestructura”. Como si el Ministro no hubiera participado en el gobierno desde el día inicial de estos casi once años. Como si no hubiera ninguna responsabilidad por parte del gobierno en la crisis que padecemos.
Todo no paró allí. El Ministro también reconoció que la “meta” de crecimiento es 0,5% para el año que viene, “con la idea de ir llegando progresivamente hasta un 4% en el 2012”. Lo dijo rápido, como si quisiera “saltar” de una vez tres años por delante. Para obviar el mar de dificultades que experimentarán los venezolanos, especialmente los más pobres, porque hay un gobierno en Miraflores que no tiene la capacidad política y técnica para enfrentar el desarrollo sostenible del país. Para hacernos olvidar lo complicado que se avizora el año 2010. Porque quizás el Ministro sabe que el destino del 2010 ya lo alcanzó.
Politemas, Tal Cual, 18 de noviembre de 2009
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