Ya Maduro puede “estar tranquilo”. Dos semanas después de su juramentación, cree haber encontrado una política pública. Hasta ahora todo lo que había dicho era la repetición de frases del anterior presidente. Sus cadenas se habían concretado a anunciar que al acto había llegado el Vicepresidente, o algún ministro. Como para ocupar el tiempo asignado por los productores de la cadena. Sin mucho libreto, pues. Lo que llaman “pasar el rato”. La única diferencia es que lo hace en cadena nacional, con grandes costos involucrados.
Hasta que llegó el día de su visita a Uruguay, Argentina y Brasil. Muchos días sin cadenas requerían una “compensación”. Y entonces vino la “gran idea”. Algo que decir que dejara al país conmocionado con la genialidad y originalidad. Los asesores de Maduro tuvieron seguramente que hacer un esfuerzo supremo. Una idea para la historia. Y por ahí se fue. Maduro anunció que la solución para el problema de la seguridad, especialmente en Petare, El Valle, Antímano, El Recreo y Baruta, era sencillamente sacar a las calles a la Fuerza Armada junto con la Policía Nacional Bolivariana. Hay que aclarar que esa propuesta no es para el resto del país.
Eso es todo. Muy original, Maduro. Para remate pasó a atacar directamente a la Policía de Miranda diciendo que eran unos “malandros, sicarios, y secuestradores”. Sin una prueba, ni denuncia concreta en los organismos competentes. Muy mala señal es que Maduro pretenda imponer a los venezolanos una política de seguridad basada en la vigilancia en las calles por parte de la Fuerza Armada.
Por supuesto no es la primera vez que tal propuesta se hace. Con la magnitud que ha alcanzado el auge de la inseguridad en este largo gobierno, cunde más bien la desesperación. Para nada les pasó a los responsables del gobierno, incluyendo a Maduro, que la solución real del problema pasa por convocar a los responsables de la seguridad en todas esas áreas geográficas, en todos los niveles de gobierno. Algo así como una reunión de trabajo con propuestas concretas y planes acordados para asignar recursos. Que tomaran en cuenta el apoyo a la dotación de las policías, la vigilancia en las zonas críticas, las acciones preventivas, la integración de los organismos encargados de la lucha contra las drogas, entre otros aspectos.
No parece importarle mucho a Maduro el hecho de que la Fuerza Armada está para ocuparse de otras funciones. Que las tareas de seguridad son muy diferentes a las de defensa. Que la lucha contra la seguridad requiere la participación de la Fuerza Armada, pero siempre en el ámbito de sus atribuciones y responsabilidades. Tal medida, en consecuencia, es una mera acción efectista. Para llamar la atención, para llenar un vacío. Parece que un imposible de Maduro será encontrar políticas para resolver los problemas de los ciudadanos.
Hasta que llegó el día de su visita a Uruguay, Argentina y Brasil. Muchos días sin cadenas requerían una “compensación”. Y entonces vino la “gran idea”. Algo que decir que dejara al país conmocionado con la genialidad y originalidad. Los asesores de Maduro tuvieron seguramente que hacer un esfuerzo supremo. Una idea para la historia. Y por ahí se fue. Maduro anunció que la solución para el problema de la seguridad, especialmente en Petare, El Valle, Antímano, El Recreo y Baruta, era sencillamente sacar a las calles a la Fuerza Armada junto con la Policía Nacional Bolivariana. Hay que aclarar que esa propuesta no es para el resto del país.
Eso es todo. Muy original, Maduro. Para remate pasó a atacar directamente a la Policía de Miranda diciendo que eran unos “malandros, sicarios, y secuestradores”. Sin una prueba, ni denuncia concreta en los organismos competentes. Muy mala señal es que Maduro pretenda imponer a los venezolanos una política de seguridad basada en la vigilancia en las calles por parte de la Fuerza Armada.
Por supuesto no es la primera vez que tal propuesta se hace. Con la magnitud que ha alcanzado el auge de la inseguridad en este largo gobierno, cunde más bien la desesperación. Para nada les pasó a los responsables del gobierno, incluyendo a Maduro, que la solución real del problema pasa por convocar a los responsables de la seguridad en todas esas áreas geográficas, en todos los niveles de gobierno. Algo así como una reunión de trabajo con propuestas concretas y planes acordados para asignar recursos. Que tomaran en cuenta el apoyo a la dotación de las policías, la vigilancia en las zonas críticas, las acciones preventivas, la integración de los organismos encargados de la lucha contra las drogas, entre otros aspectos.
No parece importarle mucho a Maduro el hecho de que la Fuerza Armada está para ocuparse de otras funciones. Que las tareas de seguridad son muy diferentes a las de defensa. Que la lucha contra la seguridad requiere la participación de la Fuerza Armada, pero siempre en el ámbito de sus atribuciones y responsabilidades. Tal medida, en consecuencia, es una mera acción efectista. Para llamar la atención, para llenar un vacío. Parece que un imposible de Maduro será encontrar políticas para resolver los problemas de los ciudadanos.
Politemas, Tal Cual, 8 de mayo de 2013
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