El presidente Chávez le ha dejado muy claro al país algunos de los prejuicios que tiene con la salud de los venezolanos. Por ejemplo, para el Presidente la medicina privada no debe existir. Muchas veces ha arremetido contra este sector, sin mayores contemplaciones. También ha dicho que le medicina cubana es una de las mejores del mundo. Quizás el Presidente no ha sido informado de los retrasos recientes que ha experimentado la salud pública cubana, especialmente en la atención de mujeres embarazadas y partos.
En todos los aspectos anteriores el Presidente muestra las preconcepciones que tiene sobre la salud. En las últimas semanas, sin embargo, el Presidente ha ido más allá. Ha expresado que la salud pública venezolana es un invento de su gobierno. Que antes de su presidencia no existía nada de eso. Con estas afirmaciones el Presidente utiliza todos los recursos del Estado para convencernos de una verdad que sólo existe en su mente. Veamos.
El 2 de febrero de este año, en la conmemoración de los nueve años de su gobierno, en cadena nacional, el Presidente explicó su novedosa tesis. Dijo el Presidente: “las vacunaciones masivas que aquí nunca se hicieron, sólo los niños recién nacidos de las clases medias, o sectores pudientes, eran vacunados al nacer, pero los hijos de Mamá Pancha, quién los vacunaba, quién los atendía,…..”.
Al presidente Chávez habría que recordarle que los servicios de vacunaciones fueron creados por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. La protección a la infancia y a las mujeres embarazadas y lactantes fue una de las primeras actividades desarrolladas por ese Ministerio desde 1936. Nada más con recordar la labor pionera de Pastor Oropeza en la puericultura venezolana bastaría. Esa atención era para todos los niños, pero especialmente para los de familias de menores recursos. Habría que decirle al Presidente que los “hijos de Mamá Pancha” eran atendidos por una legión de médicos y enfermeras que se encontraban en todo el territorio nacional. Esta actividad se ha desarrollado desde 1936 hasta nuestros días.
Quizás tampoco los asesores del Presidente lo han tenido al tanto de la reducción en la cobertura de inmunizaciones que se ha realizado en su gobierno. Las cifras de la Organización Panamericana de la Salud indican que la cobertura de inmunización contra polio se redujo de 85% en 1995 a 73% en el año 2006. En el caso de la cobertura de inmunización contra tuberculosis se redujo de 91% en 1995 a 83% en 2006. En estos aspectos, como muchos de la salud pública, estábamos mejor antes que ahora.
El colmo de los colmos fue la explicación del Presidente sobre el financiamiento de la salud pública antes de su gobierno. Dijo el Presidente en la misma cadena del 2 de febrero, al referirse a los niños y mujeres atendidos en los servicios de salud: “no había ni médico para ellos, y no sólo el niño al nacer, la madre embarazada, un alto porcentaje de mujeres en Venezuela no tenían atención prenatal porque todo era pago…”. Cuando el Presidente dice que “todo era pago” desconoce arbitrariamente una constante del sistema de salud de Venezuela: la atención para el que no tenía recursos se realizaba a través de los servicios del Ministerio. Es posible que tal atención no fuera a veces la más expedita o de la calidad requerida, pero lo que no se puede señalar es que se requiriera un pago. Tal afirmación no solo desconoce la verdad histórica sino que expresa un profundo desconocimiento de todos los profesionales que brindaron y brindan sus servicios, especialmente a las familias de menores recursos. Pifia monumental en un Jefe de Estado.
Politemas, Tal Cual, 5 de marzo de 2008
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