Ya sabemos las razones para que el ministro Giordani señalara que Venezuela había cumplido con la Meta del Milenio relacionada con la reducción de la pobreza. El miércoles pasado el director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri, explicaba a un diario nacional, el origen de esta nueva consigna de la propaganda revolucionaria.
Indicaba Eljuri que Venezuela había pasado de 24% de población en pobreza extrema en 1990 a 9,7% en 2007. Dado que la meta de reducción de pobreza extrema debía ser 50% para el año 2015, Elías Eljuri concluye que ya Venezuela cumplió. Veremos a continuación que esto no es sólo una mala cuenta. También es un pésimo cuento.
El valor aceptado para estimar la pobreza en el contexto internacional es el que resulta del procesamiento de encuestas de hogares por muestreo. Es la Comisión Económica para América Latina (Cepal) la institución que posee la mayor experiencia en nuestra región en el análisis de datos provenientes de estas encuestas. Quizás por ese hecho es que las estadísticas comparadas para el análisis de la situación de pobreza están basadas en las fuentes de Cepal. No solamente eso, en el año 2005 fue la Cepal la institución del sistema de Naciones Unidas encargada de coordinar los equipos de las múltiples agencias para elaborar el informe de seguimiento de las Metas del Milenio en nuestra región.
Ese informe, titulado “Objetivos de Desarrollo del Milenio: Una Mirada desde América Latina y el Caribe” y disponible en el sitio web de Cepal, indica, exactamente en la página 313, que el porcentaje de población en pobreza extrema de Venezuela en 1990 era 14,6. Allí no dice nada del 24% que menciona el Director del INE.
El cuento del 24% es un invento técnico de dudosa factura metodológica. Se entiende que para comparar países lo obvio es utilizar un procedimiento como el de Cepal. Esto es, comparar las encuestas de hogares con una metodología estandarizada y construir las series para analizar las variaciones temporales y regionales.
Pues bien, el INE “inventó” un método que denominó “línea nacional de pobreza”. En el informe “Cumpliendo las Metas del Milenio”, elaborado en 2004 por el gobierno nacional, lo dio a conocer. Es el equivalente a que en Venezuela se jugara fútbol con arcos dos veces más grandes que los que se utilizan en otros países. El INE inventó sus propias reglas y quiere hacerle creer su cuento a todo el país.
Por esa razón los organismos internacionales siguen utilizando el 14,6% de población en situación de pobreza extrema. De acuerdo con esa cifra, Venezuela todavía no ha cumplido la Meta del Milenio. A pesar de todo el torrente de cursos de los últimos nueve años, casi el 10% de los venezolanos no tiene ni para comprar la cesta de alimentos.
Si tuviéramos una democracia abierta, que exija cuenta a sus funcionarios públicos, ya se habría pedido la interpelación del Ministro de Planificación y Desarrollo y del Director del INE en la Asamblea Nacional. Para que expliquen de dónde sacaron esas cuentas. También tendríamos a funcionarios públicos expuestos a sesiones de preguntas con comunicadores sociales para expliquen ante todo el país el origen de sus argumentos. Se podría constatar aún más que tenemos una “revolución” de malas cuentas y pésimos cuentos.
Politemas, Tal Cual, 31 de octubre de 2007
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