El control de la epidemia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) está considerado como uno de los retos más importantes para todos los gobiernos. Se trata de saber quiénes son las personas que viven con el virus y garantizarles el tratamiento por largos períodos. Al mismo tiempo se debe implementar programas efectivos que eduquen sobre el VIH y contribuyan a disminuir su impacto en la población. Cumpliendo con estos objetivos se evita que las personas que viven con el VIH desarrollen el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), con lo cual aumentan sus riesgos de complicarse y eventualmente morir. Para el año 2004 existían 40 millones de personas en todo el mundo que viven con el VIH. Por eso uno de los Objetivos del Milenio es reducir la propagación del virus.
La epidemia del VIH puede enfrentarse con éxito. Las personas que viven con el VIH pueden tener una vida normal debido a que los medicamentos antiretrovirales han mejorado su efectividad y disminuido las complicaciones. Ejemplos de países exitosos son Uganda, Senegal, Tailandia y Brasil. En ellos se han implementado programas integrales, con gran compromiso de los gobiernos, énfasis en la prevención, y monitoreo efectivo.
El gobierno del Presidente Chávez ha enfrentado la epidemia de VIH sin ideas, sin estrategia. Hasta podría decirse que ha preferido no hablar de ella. Las palabras VIH y SIDA no aparecen ni una sola vez en las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2001-2007. Para el gobierno del Presidente Chávez este problema simplemente no existe.
Esta ausencia de visión puede ser la razón por la cual el país no ha realizado un estudio sobre las características epidemiológicas del VIH. Con este estudio se hubiera podido saber en cuáles áreas del país es más crítica la situación, cuáles son las comunidades más afectadas, o las prácticas de mayor riesgo. La lógica es elemental. Si no sabemos las dimensiones reales del problema, no se le puede enfrentar con éxito. En los casi siete años de la gestión del Presidente Chávez sigue sin realizarse un estudio de este tipo.
No puede, entonces, extrañar la actual situación de las personas que viven con el VIH. Sabemos que entre el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y el IVSS atienden 13.380 personas (al 30 de agosto de 2004) con tratamiento antiretroviral. En el último informe de ONUSIDA (2004) se considera que la epidemia de VIH en Venezuela es una de las más grandes de América Latina. En este reporte se indica que el número real de personas que viven con el virus se encuentra entre 47.000 y 170.000. De tal manera que se puede estar atendiendo menos del 10% de las personas que requieren tratamiento antiretroviral.
Lo anterior, sin embargo, no es lo más grave. Entre 1998 y 2003 ha aumentado la mortalidad por VIH en las personas entre 35 y 49 años. Es especialmente llamativo que la mortalidad ha aumentado más de 13% en el grupo entre 40 y 44 años. Pero lo más llamativo y preocupante es que la mortalidad por VIH en mujeres ha aumentado en todos los grupos de edad entre 25 y 49 años. Mucho más dramático es que la mortalidad por VIH ha aumentado 119% en las mujeres entre 45 y 49 años.
La administración de Presidente Chávez no tiene ni la visión ni la voluntad para entrarle a un problema como el VIH. En estos siete años el país ha perdido terreno, oportunidades, recursos, para mejorar la vida de las personas que viven con el VIH. Esta derrota se suma a las anteriores en los otros objetivos del Milenio. El gobierno del Presidente Chavez se ha convertido en el fiasco más grande de la historia contemporánea de este país.
Politemas, Tal Cual, 10 de agosto de 2005
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