Como en muchos problemas públicos, el gobierno del Presidente Chávez ha sido prepotente e ingenuo ante la malaria. El gobierno asumió que la malaria era un problema menor, que bastaba con hacer lo contrario de lo que habían hecho los gobiernos anteriores para minimizar su efecto. Basado en la curiosa lógica de que existe una sola solución para los problemas públicos, consideró que bastaba hablar de participación comunitaria para que la malaria dejara de ser un problema. Este caso ilustra con claridad las consecuencias de ser tan ingenuo y prepotente, de estar tan alejado de la realidad de los problemas de la gente.
Venezuela está localizado “permanentemente” en la franja intertropical. Eso no es nada nuevo. Eso significa que siempre existirá el riesgo de tener malaria. No se puede bajar la guardia. La constatación de esta realidad está en el corazón de la Estrategia de Erradicación de la Malaria que hizo famoso al país. Se trataba de controlar el crecimiento del mosquito, al mismo tiempo que se mejoraba el medio y se educaba a las personas. Venezuela fue uno de los primeros países que utilizó el DDT con fines pacíficos. Esta alternativa se combinó con la construcción de obras sanitarias, con el programa de viviendas rurales, y con la educación, especialmente en el uso de mosquiteros. El éxito se alcanzó, Venezuela se convirtió en el país que había logrado erradicar la malaria en la mayor extensión de su territorio. En todo el año 1962 tuvimos en el país 210 casos de malaria (cuatro a la semana).
Desafortunadamente en los ochenta y noventa el país comenzó a perder terreno ante la malaria. Luego de un número máximo de casos en 1990 (46.659 para ser exactos), se retomó parcialmente el control hasta cerrar el año 1998 con 21.863 casos.
Es allí cuando empieza la gestión ingenua y prepotente del Presidente Chávez. Se comienza una campaña de descrédito contra el uso de los insecticidas. Se argumenta que la malaria se puede controlar solamente con la participación comunitaria. La administración del Presidente Chávez obvió el hecho de que para enfrentar la malaria todas las alternativas necesitan ser incorporadas en una estrategia. Que para tener éxito hay que pensar primero y luego actuar sistemática y específicamente.
Los decepcionantes resultados no se hicieron esperar. En el año 2002 el total de casos ascendió a 29.337. En el año 2003 tuvimos 31.186 casos. El año 2004 cerramos con 46.244 casos, la segunda cifra más alta desde el año 1937. Una pelusa!!! Hasta el 23 de julio de este año ya tenemos más casos que en el año 2002 (29.898). Y todavía quedan varios meses de lluvias. En cada semana del año 2005 tenemos cuatro veces más casos de los que tuvimos en todo el año 1962. Tenemos epidemia de malaria en los estados Bolívar, Sucre, Monagas, Nueva Esparta, Delta Amacuro. El país todo vive una epidemia de malaria.
Pasar una semana con malaria es muy duro (fiebre alta, escalofrío, malestar general). Se pierden clases, horas de trabajo. Casi cincuenta mil semanas de trabajo perdidas en 2004 en el caso de que todos hubieran sido adultos.
Todo esto se hubiera podido evitar. Se necesitaba estrategia, claridad, seguir haciendo bien las cosas que funcionaban, y mejorar aquellas que no. El gobierno del Presidente Chávez optó por inventar sin criterio. Las consecuencias están a la vista. El país tampoco cumple con el Objetivo 6 del Milenio (haber detenido la malaria, entre otras enfermedades). El gobierno del Presidente Chávez se las ingenió para hacernos retroceder casi veinte años en la lucha contra la malaria. Todo un atraso, pues.
Politemas, Tal Cual, 3 de agosto de 2005
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