Ya los sufrimientos de los pacientes en la famosa canción son deprimentes. Hasta el punto de compararlos con cruzar el Niágara en bicicleta. La emergencia llena de gente, sin luz para hacer electrocardiogramas, sin médicos, sin anestesia, sin rayos X. Toda una escena de sufrimiento en los servicios de salud.
Bastante gráfica es la distancia entre lo que debe ser y lo que efectivamente es, semejante a la exageración de cruzar el Niágara en bicicleta. El actual gobierno en la práctica pretende ir más allá de eso. Es como si pretendiera cruzar el Niágara en chancleta. Los estándares de calidad en la prestación de los servicios de salud están en su nivel más bajo en la historia de la salud pública venezolana. Por donde quiera que se le mire. Desde el descuido de las funciones de prevención, demostrado por epidemias que se producen por disminución en las coberturas de inmunizaciones, hasta la terrible situación en los servicios de radioterapia en todo el país. Los servicios de salud del sector público se han convertido en una calamidad, que avergüenza a los pacientes y al personal de salud que debe laborar en esas condiciones.
Todo ese deterioro es deliberadamente obviado por los directivos de las instituciones públicas de salud. No existe ningún reconocimiento a las grandes deficiencias. Todo lo contrario, en sus apariciones públicas intentan mostrar una realidad que solo existe en la ignorancia o en el invento.
El último informe de la Organización Mundial de la Salud (2013) demuestra las consecuencias de tanta incompetencia. La tasa de mortalidad infantil en el país es el triple que la de Cuba, y el doble que la de Chile. Es muy superior a la de Uruguay, Costa Rica, Panamá. La razón de mortalidad materna ha aumentado 20% en los años de este gobierno, y es tres veces superior a la de Chile (la más baja de América Latina). La mortalidad por causas cardiovasculares y diabetes es casi tres veces la de Perú, el doble que la de Chile, y muy superior a la de Costa Rica, Uruguay, Perú, Argentina, Colombia, entre otros países.
En líneas generales el desempeño del sistema de salud es de los más bajos de la Región, con rezagos significativos para alcanzar la cobertura universal y la mayor efectividad en la prestación de los servicios. Todo eso es más decepcionante cuando se compara con la inmensa cantidad de recursos recibidos por venta de petróleo y las enormes distorsiones en la asignación de los recursos públicos.
Al final de cuentas, la política de la “chancleta”, que es otra forma de llamar a la ignorancia, a la incompetencia y a la prepotencia con la que se ha manejado al sistema de salud, ha dejado su efecto negativo en las condiciones de vida de personas y familias. Más grave aún, siguen manteniendo a la salud como otro imposible para la gran mayoría de los venezolanos.
Politemas, Tal Cual, 28 de agosto de 2013
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