No es posible resolver un problema si primero no se reconoce. Esta pauta tan sencilla vale tanto para los problemas cotidianos de las personas, como para los problemas de las sociedades. Ahora bien, no es posible reconocer un problema si no existe capacidad de análisis. Pero antes de eso, debe haber una suficiente dosis de apertura, basada especialmente en la autocrítica y sensatez. Cuando existe una manera de ver la realidad, impermeable a la capacidad de análisis, autocrítica y sensatez, entonces tampoco existe la flexibilidad para el diseño e implementación de políticas públicas adecuadas. Y existe menos posibilidad de que se asuman las mejores prácticas para resolver el problema. La experiencia de Ucrania en el manejo de la hiperinflación puede servir de referencia para lo señalado.
La disolución de la Unión Soviética en 1991 trajo como consecuencia la creación de repúblicas independientes. Muchas de estas repúblicas independientes experimentaron procesos de hiperinflación desde enero de 1992. En total fueron 14 procesos de hiperinflación que tuvieron una duración variable. En nueve de esas repúblicas las hiperinflaciones duraron entre uno y dos meses. En las cinco restantes las hiperinflaciones fueron más prolongadas.
Las perspectivas de Ucrania al iniciarse el período post-soviético eran favorables, al comparar con otras repúblicas. Entre las razones que fundamentaban esa apreciación se encontraban el alto nivel educativo de su población, contar con diversidad de recursos naturales, y un alto nivel de industrialización. De allí que se llegara a considerar que Ucrania estaba en el grupo de los países como mayores posibilidades de éxito en la transición post-soviética.
La evolución económica de Ucrania fue más bien en la dirección contraria. Los gobiernos que se sucedieron en las primeras etapas de la independencia tuvieron poca disposición a abandonar completamente la planificación central, es decir, la preponderancia del Estado en la conducción de la política económica. Este factor se sumó a la escasa comprensión que tuvieron los gobiernos sobre las alternativas más adecuadas para sortear los primeros tiempos de la transición. Las políticas implementadas tuvieron como rasgo central el control de precios y la tendencia a agravar el déficit fiscal a través de las distorsiones de la política monetaria. Todos estos factores se sumaron a la resistencia de los gobiernos ucranianos a acudir al apoyo financiero internacional.
Las políticas implementadas en Ucrania fueron muy diferentes a las seguidas en Rusia, por ejemplo. En este último país, la hiperinflación fue enfrentada rápidamente (apenas duró un mes), implicó una opción contraria a la planificación central y contó con mayores capacidades institucionales, especialmente equipos técnico calificados, y apoyo internacional. La ausencia de estos factores en el caso de Ucrania conllevó a que la hiperinflación se prolongara por 35 meses. Cuando los gobiernos no enfrentan adecuadamente los procesos de hiperinflación, ocasionan terribles costos a las sociedades. Lecciones a aprender.
Politemas, Tal Cual, 29 de agosto de 2018
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