Malas son las perspectivas para los venezolanos en la segunda mitad de 2013. Muchos pronósticos indican que cerraremos el año con una caída de la actividad económica. Eso podría significar que seremos la única de las economías de la Región en la que no haya crecimiento económico este año. Ya eso es bastante preocupante.
La segunda mala noticia es que terminaremos 2013 con una de las tasas de inflación más altas del planeta, si no la más alta. Ya en la mitad del año la tasa de inflación alcanzó 25%. Una perspectiva de 50% de inflación no luce desproporcionada. Tal situación afecta especialmente los sectores de menores ingresos, en los cuales el incremento del precio de los alimentos ya alcanza 50% cuando se compara con el año anterior. El aumento de los precios es justamente expresión de la caída en la producción nacional y de las dificultades para garantizar el abastecimiento de productos de consumo masivo.
Las situaciones anteriores se producen en un contexto más preocupante. De acuerdo con el informe de CEPAL (Panorama Social 2012), la proporción de personas en situación de pobreza extrema en el país ha aumentado 3% desde 2007. Para 2011 aproximadamente 3 millones de personas se encontraban en esta condición, equivalente al 11,7% de la población.
Todo lo cual lleva a preguntarse por las condiciones de las familias en un año en el cual tendremos decrecimiento de la actividad económica y la tasa de inflación más alta en 16 años. Ya sabemos que el actual gobierno no se ha caracterizado por haber desarrollado los mecanismos de protección social que un Estado moderno debe garantizar a los ciudadanos. De hecho, los programas sociales que ha puesto en marcha esta administración no son considerados como protección social por la CEPAL.
La protección social supone identificar los riesgos de las personas y familias, junto con la capacidad para atenuar los efectos de las caídas en el ingreso, e incorporarlos a los beneficios de los sistemas de salud y educación. Esto es tan así que Venezuela fue el único país de la Región que no implementó medidas de protección en la recesión económica de los años 2009 y 2010. Todo lo contrario, se aumentó el efecto sobre las familias más pobres con el aumento de impuestos y la disminución del gasto público.
De manera que no hay que tener mucha imaginación para saber lo que le espera especialmente a los sectores de menores ingresos en la actual coyuntura. Tendrán una caída de sus salarios producto de la inflación, menos posibilidades de entrar al mercado de trabajo por la caída en la actividad económica, y seguirán sin los beneficios de un adecuado sistema de protección social (por ejemplo, con programas para aumentar el ingreso de las familias). El gobierno ejecuta políticas que empobrecerán aún más a los venezolanos. Sus resultados están a la vista.
Politemas, Tal Cual, 31 de julio de 2013
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