Así, con todas sus letras. En un país que se encuentra en la peor crisis social de su historia, con más de la mitad de los hogares con ingresos que no permiten comprar los alimentos del día, se anuncia que el gobierno ofrece fusiles, 500.000 fusiles exactamente. Es bastante difícil encontrar una separación más grande entre la situación concreta de los venezolanos y un anuncio gubernamental.
Ya en el cuarto mes del año, las condiciones de la economía no dejan de empeorar. No se ha aprobado ninguna medida de política económica que atienda los grandes desequilibrios que se confrontan desde hace varios años. Las condiciones sociales se deterioran día a día, en la medida que la inflación afecta gravemente a toda la población, pero de manera especial a aquellos que no tienen ningún mecanismo para ajustar el ingreso, vale decir más del 80% de la población.
La desvinculación del gobierno con estas realidades es cada día más notoria. De hecho, prácticamente todos los anuncios del gobierno en las últimas semanas se han concentrado en temas políticos, y, dentro de ellos, los relacionados con el mundo militar. Se puede inferir que la naturaleza de la crisis poco importa en términos de los objetivos de la actual gestión. También se deduce que el gobierno ha pasado a un modo de sobrevivencia, en el cual poco cuenta la discusión y aprobación de políticas que atiendan la gravedad de la situación.
Todo lo cual demuestra una vez más las razones por las cuales el gobierno actual tiene el peor desempeño en la gestión pública del planeta. Es bastante evidente que al gobierno poco le interesa ya la calidad de las políticas ni sus objetivos. Se trata sencillamente de mantener el poder sin ninguna otra preocupación.
En esas condiciones conviene examinar la perspectiva que se tiene para los próximos meses. Es decir, ¿cuáles son las implicaciones que tiene esta situación de práctico abandono de las funciones gubernamentales? ¿qué podemos estimar con lo que ya sabemos de la evolución de las condiciones de vida de los venezolanos? Todas las respuestas son negativas. En los topes ya alcanzados de deterioro de los ingresos, es bastante probable que la tendencia siga afectando de manera especial a los sectores sin empleo formal. Lo cual significa que probablemente aumente la población en pobreza extrema.
El siguiente efecto que puede estimarse es el aumento en la proporción de la población que se encuentra en pobreza estructural. Es decir, aquellas familias que estarán más limitadas para superar la pobreza. Esto es característico en las familias en las cuales han dejado de asistir a las escuelas los estudiantes de primaria o secundaria. Esta proporción de familias prácticamente se ha duplicado entre 2014 y 2016, al pasar de 16% a 31%. Por ello es bastante probable que aumente la desigualdad debido a que la brecha con respecto a las familias más pobres será mayor.
En estas circunstancias el anuncio de los fusiles debe motivar una reflexión profunda en el país. Las implicaciones éticas y sociales, especialmente por la vulneración de las condiciones de vida de las familias más pobres, son absolutamente dramáticas. El gobierno nuevamente ha demostrado que sus palabras y hechos solo aumentan el sufrimiento de los venezolanos.
Politemas, Tal Cual, 19 de abril de 2017
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