Absolutamente inaceptable. Los datos están ahí. En lo que va del siglo XXI la economía venezolana se ha convertido en la de mayor inflación en el mundo. Así con todas sus letras. Ya no es solamente la más alta en los últimos tres años. Venezuela tiene el promedio más alto de inflación en los años transcurridos entre 2002 y 2015, según los registros del Fondo Monetario Internacional.
El último país con una tasa de inflación superior a 100% fue Zimbabwe en 2008 con 157%. A principios del siglo XXI, Angola tuvo tres años seguidos con tasas superiores a 100%, esto es de 2000 a 2002, pero desde ese último año todas las tasas de inflación han sido menores. La República Democrática del Congo llegó a tener 550% en 2000 y 357% en 2001. El otro país con una tasa de inflación superior a 100% fue Bielorrusia con 168% en 2000. En ningún otro país del mundo ha habido tasas de inflación superiores a 100% en lo que va de siglo.
Pero todos los países anteriores tendrán este año 2015 tasas de inflación que son impensables en Venezuela. En Bielorrusia la tasa de inflación para este año se ha estimado en 22%, en Angola el estimado es 8%, en la República Democrática del Congo 2,3% y en Zimbabwe 1%.
Las evidencias son contundentes. Si la tasa de inflación de Venezuela alcanza los niveles pronosticados, los cuales aumentan a medida que avanza el año, será la más alta en la historia del país, la más alta del mundo por tercer año seguido, la primera superior a 100% en el mundo desde 2008, y la primera superior a 100% en América desde 1995. Lo que en todas las economías es cada vez una excepción, se ha convertido en Venezuela en una realidad asfixiante, cotidiana, angustiante.
La inflación destruye las economías. Porque es un círculo vicioso: no se produce, escasean los bienes, el sector público gasta más de lo que recibe, aumentan nuevamente los precios, y así sucesivamente. Venezuela tiene 32 años con tasas de inflación que son inaceptables en el mundo de la actualidad.
Al destruirse la economía, se destruyen los recursos de las personas y familias, se pierden ahorros y capacidad productiva, en general, se deteriora la calidad de vida y la adquisición de bienes y servicios. Es por ello que Venezuela presenta signos evidentes de la mayor destrucción económica en el mundo en lo que va de Siglo XXI. La tolerancia con la inflación, basada en el irresponsable manejo de la política económica y de la gestión pública, ha traído estas consecuencias. Todos los efectos de tener la inflación más alta del mundo por casi tres lustros, son atribuibles a la dirección económica que ha tenido el país.
Ante esta terrible situación, padecida por toda la población, pero mucho más crítica en los sectores de menores ingresos, la respuesta del gobierno es el inmovilismo, la ausencia de información, la evasión, la asignación de culpas sin revisar las acciones. Todas esas vías conducen al mismo punto: no resolver el problema y prolongar el sufrimiento de los ciudadanos. Para toda la población debe estar cada día más claro que la inflación es nociva, destructora, inaceptable, y que los gobiernos que son incapaces de controlarla o que la promueven irresponsablemente, deben ser rechazados con el voto en cada oportunidad que se presente.
Politemas, Tal Cual, 12 de agosto de 2015
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