Después de quince años de gobierno el deterioro no puede ser mayor. La violencia y la inseguridad reinan en las calles de todo el país. Nada más el año pasado casi 25.000 venezolanos perdieron la vida por la violencia. Tenemos la tasa de inflación más alta del mundo. En el mes de enero alcanzamos el índice de escasez más alto desde que se lleva el registro. Todo eso se suma al desbarajuste del aparato productivo, las deudas con las empresas, el riesgo cierto de no poder garantizar el abastecimiento de bienes básicos en las próximas semanas. Sin incluir las dificultades con el empleo, y el deterioro de los servicios de salud y educación, solo por citar algunos.
Y es aquí que el gobierno pretende convencer a los venezolanos de que no tiene nada que ver con eso. Todas las políticas que afectan los problemas centrales de los venezolanos en los últimos quince años, han sido diseñadas, ejecutadas, y financiadas, por el actual gobierno. Los resultados están a la vista del mundo. Con los errores y omisiones de esas políticas se podría escribir una enciclopedia de varios tomos. Esa es la principal fuente de la frustración cotidiana de los venezolanos, ver que sus problemas más sentidos no tienen las soluciones que corresponden, que antes que resolverse, las situaciones se agravan.
Para remate ahora el gobierno quiere cercenar el derecho al pataleo, a la protesta pacífica, a la exigencia prevista en la Constitución para que los ciudadanos se expresen, para que realicen las demandas que consideren y que sean tramitadas por los canales institucionales. Esa fue la orientación de los estudiantes, acudir a los medios que están a su alcance para hacer valer su voz. Se sabe que la violencia afecta más a los jóvenes y que millones de ellos no se sienten satisfechos con el actual estado de cosas.
En la última semana el país y el mundo han visto otros rasgos del deterioro institucional inmenso del cual es responsable el actual gobierno. Los estudiantes han sido vejados, torturados, sus derechos conculcados, el debido proceso ha desaparecido. Han sido prácticamente penalizados sin ningún respeto por los procedimientos. Y cuando estos hechos han movido a nuevas protestas y demandas, se ha presentado una nueva fase de la violencia, la que cobra vidas humanas, la que se basa en el exceso de los organismos oficiales y en el hecho de que grupos de la población estén armados con el estímulo de los organismos del Estado que están para preservar la vida y los bienes de los venezolanos, sin exclusión.
De manera que la responsabilidad del gobierno es completa. No solo por la incompetencia y el autoritarismo que ha caracterizado esta larga gestión, sino por la incapacidad que ha mostrado para respetar los derechos constitucionales, y controlar la violencia y el abuso en nuestra sociedad. Las evidencias de la responsabilidad del gobierno están a la vista de todos.
Politemas, Tal Cual, 19 de febrero de 2014