La crisis hiperinflacionaria de Perú tuvo una larga gestación. Al igual que en Venezuela, la destrucción del aparato productivo, iniciada con el gobierno de Velasco Alvarado en 1968, fue un factor fundamental. Se expropiaron muchas empresas en diversas áreas de la actividad económica, con lo cual la producción quedó en muchos casos en manos del Estado. La vuelta a la democracia a finales de los setenta requería consolidar una nueva institucionalidad, así como atender las demandas de cambios económicos. El gobierno de Belaúnde Terry (1980-1985) no fue muy exitoso en lo segundo. La tasa de inflación se mantuvo entre 60 y 75% en los primeros años de ese gobierno. En los últimos años la tasa de inflación ya había superado 100%, coincidiendo con una caída relevante de la actividad económica (casi 10% en 1983).
A mediados de 1985 se inicia el primer período presidencial de Alan García. Las medidas económicas implementadas estuvieron basadas en el control de precios y en el control de la tasa de cambio, así como en el aumento del circulante y del gasto fiscal. Al mantener los precios de los servicios públicos relativamente bajos, el gobierno logró reducir temporalmente la tasa de inflación mensual (de 10 a 3%). De allí que la tasa de inflación de los primeros años del gobierno de García alcanzara menos del 100% anual.
En septiembre de 1988 la tasa de inflación mensual alcanzó 114% con lo cual se produce el primer episodio de hiperinflación (el criterio de hiperinflación es una tasa de inflación mayor a 50% mensual). La tasa de inflación de 1988 alcanzó 666% y la de 1989 alcanzó cerca de 3.400%. A pesar de que se mantuvo por debajo de 50% mensual desde septiembre de 1988 hasta julio de 1990, la inflación acumulada fue inmensa. Entonces se produce el segundo episodio de hiperinflación en julio de 1990 con una tasa de inflación mensual de casi 400% (la tasa mensual más alta de todas las hiperinflaciones de América Latina).
El gobierno de Fujimori se inicia en agosto de 1990 con la implementación de las medidas para enfrentar la franca hiperinflación del mes precedente. Este conjunto de medidas se conoce coloquialmente como el “Fujishock” y tienen un gran parecido con las ejecutadas en Bolivia en 1985. Dentro de las medidas se encontraban las siguientes: realizar un balance riguroso de los ingresos y gastos que debía realizar el gobierno, control estricto de la oferta monetaria, libre flotación de la tasa de cambio, aumento de los ingresos fiscales por nuevos impuestos y eliminación de excepciones, formulación y puesta en marcha de un programa de reformas estructurales para construir una economía basada en un Estado más facilitador que interventor con un sociedad más participante de la creación de riqueza.
Los resultados de este programa lograron la recuperación del crecimiento económico a partir de 1991(entre 1988 y 1990 la economía se había contraído 9% promedio). La tasa de inflación pasó de 7.500% en 1990 a 400% en 1991. A partir de 1992 tasa de inflación disminuyó hasta llegar a un solo dígito en 1997. En el período 1997-2016 la tasa promedio de inflación anual fue 3,3%. En el mismo período, la tasa de crecimiento anual promedio de Perú ha sido 4,5%. El impacto ha sido evidente. El manejo de la hiperinflación en Perú abrió el camino para un país diferente. Lecciones a aprender.
Politemas, Tal Cual, 22 de noviembre de 2017