América Latina entra en el séptimo mes de pandemia con todos los países (20), experimentando aumentos en la mortalidad por covid-19. Cuatro países de la región (Perú, Chile, Brasil, y México) se encuentran en los diez primeros lugares de mortalidad por covid-19 a escala global. La evolución de la pandemia en la Unión Europea nos indica que el promedio para alcanzar el control, esto es, entre la aparición del primer caso y llegar al 10% de los casos con respecto al día de mayor registro, es aproximadamente 3 meses. Es decir que, en la situación ideal, todos los países de la región debían haber controlado la pandemia a finales de mayo. Lamentablemente, los resultados son muy diferentes.
De acuerdo con la evolución de los casos diarios de covid-19, los países de América Latina se pueden dividir en tres grupos. En el primer grupo se encuentran los países que registran a la fecha menos de 6 casos nuevos por millón de habitantes, lo cual es el estándar alcanzado por los países más exitosos en el control de la pandemia. Estos países son cuatro (Uruguay, Cuba, Haití y Nicaragua). En Uruguay y Cuba, el número de casos registrados es probablemente más cercano a la realidad. Estos dos países reportan de manera regular las pruebas diagnósticas realizadas. Esta no es la situación en Haití y Nicaragua. Además, en estos últimos países las tasas de mortalidad duplican las de Uruguay y Cuba, otra forma de evidenciar las mayores posibilidades de subregistro.
El segundo grupo de países está compuesto por aquellos en los cuales el número de casos nuevos se encuentra entre 20 y 99 por millón. Esto es, 10 países (Bolivia, Chile, Ecuador, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, y Venezuela). El país con el menor número de casos diarios nuevos en este grupo es El Salvador con 24, lo cual significa cuatro veces más que el criterio de éxito del primer grupo de países. Países de este grupo como Bolivia, Chile, Honduras, y Paraguay, registran 15 veces más casos diarios que Uruguay y Cuba. Lo más significativo es que la mayoría de estos países, tiene cuatro meses seguidos con este número de casos diarios.
En el tercer grupo se encuentran los países que registran 100 o más casos nuevos diarios de covid-19 por millón de habitantes. En orden descendente de casos nuevos diarios, estos países son los siguientes: Perú (223), Argentina (209), Brasil (191), Costa Rica (191), Panamá (182), y Colombia (178). Tres países de este grupo (Perú, Brasil, y Panamá) han registrado estas altas por más de tres meses. En el caso de Perú la tasa es al día de hoy, casi 40 veces superior a la tasa de los países más exitosos.
La evolución de los casos en los últimos dos grupos indica que los países pueden registrar tasas superiores a lo deseable por largos períodos. Solo para ilustrar podemos imaginar el tiempo que le podría llevar a Perú reducir la actual tasa (223 casos nuevos por millón) a menos de 100 casos por millón. Y luego asumir que podría mantenerse por varios meses más en una cifra, por ejemplo, de 60 casos por millón. Esto significa que es bastante probable que, dados los factores actuales, Perú tiene varios meses por delante con altas tasas de casos diarios de covid-19. Esto seguramente significará que en el resto del año 2020 y gran parte de 2021 se requerirá la atención de grandes cantidades de casos nuevos diarios. En el caso de Perú esto significa, en la tasa actual, 6 mil casos nuevos cada día.
Un aspecto que se desprende de lo anterior, es la dinámica en la demanda de recursos que supone la estabilización de la pandemia. En los dos últimos grupos de países, los decisores están sometidos a la siguiente tensión. Por una parte, deben asignar grandes cantidades de recursos para atender la alta demanda de servicios por los nuevos casos. Pero también saben que los recursos requeridos para actividades claves para disminuir los casos como, por ejemplo, la preparación de los rastreadores sanitarios, no están disponibles. Y esta es una de las razones por las cuales se mantiene el alto nivel de casos. Es un círculo vicioso que impide el control de la pandemia.
En estas condiciones, es fundamental romper ese círculo vicioso. Una forma de hacerlo es revisar las asignaciones de recursos pendientes en lo que queda de 2020. Sin embargo, es muy probable que existan grandes condicionantes por la urgencia en la atención a estos altos números de casos. Otra forma es definir nuevas intervenciones en el año 2021. Es fundamental conocer la forma en la que se puede cambiar esta situación en los cuatro meses restantes de 2020, pero también diseñar con estas previsiones los presupuestos de 2021, que ya todos los gobiernos de la región deben estar preparando. En caso contrario, la estabilización de la pandemia se puede prolongar mucho más. Es urgente encontrar alternativas de recursos presupuestarios (vinculados a innovadoras prácticas) que permitan reducir la actual brecha de políticas de la pandemia en la región.
Politemas, Tal Cual, 2 de septiembre de 2020
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