En las últimas semanas ha cobrado especial relevancia el aumento de los casos de covid-19 en Europa. Tal ha sido el impacto de esta resurgencia, que en varios países (Irlanda, Francia, Reino Unido, Austria, Alemania, España, entre otros) se han aprobado medidas de confinamiento parcial de la población. No tienen la rigurosidad de las medidas aprobadas en los meses de marzo y abril, pero indican que la pandemia está descontrolada en muchos países, y que existe la amenaza de mayores aumentos de casos y fallecimientos, especialmente durante el invierno que comenzará en pocas semanas.
La franca evolución de la segunda ola en Europa, fundamentalmente porque la gran mayoría de los países no pudieron mantener el control de covid-19, puede reforzar la idea de que sucederá un proceso similar en América Latina. Es decir, que también se estaría a las puertas de una “segunda ola”.
En realidad, la gran mayoría de los países de América Latina todavía no ha salido de la primera ola. La duración de la primera fase de la pandemia en los países de la Unión Europea tuvo un promedio de poco menos de 90 días. En la región, sin embargo, la primera ola se ha extendido por más ocho meses. La diferencia entre el número de nuevos casos diarios de covid-19 en muchos países de la región, con respecto al número en los países de la Unión Europea en la etapa de control, puede ser entre 15 y 20 veces. También habría que destacar que existen países, como es el caso de Corea del Sur, que no han tenido segunda ola, esto es, en ellos el número de casos nuevos de la última semana es similar al que tenía en abril, luego de controlar la pandemia.
Lo que sí es probable es que los países de América Latina experimenten una expansión de casos de covid-19 sin haber salido de la primera ola. Una de las razones para este aumento es la disminución de controles en el ingreso de personas de otros países, especialmente por vía área. A finales de octubre, según el Índice de Rigurosidad de Políticas (IRP) de la Universidad de Oxford, solo cuatro países mantienen la prohibición de ingresos de pasajeros internacionales (Argentina, Chile, Colombia, y Venezuela). En trece países se ha adoptado el nivel mínimo de control, esto es, la realización de detección de casos al ingreso al país.
Tres de los países con mayor número de casos diarios por millón de habitantes (Brasil, Costa Rica, y Panamá), tienen varias semanas en el nivel mínimo de control. Brasil y Costa Rica ya tienen tres meses en este nivel. Esto significa que el flujo de personas provenientes de países en los cuales se tenga alta transmisión de covid-19, ha podido aumentar en los últimos meses. De hecho, en Costa Rica y Panamá ya se ha registrado un aumento de casos nuevos en las últimas semanas. Una situación similar se presenta en países como México y El Salvador.
Si el aumento de nuevos casos de covid-19 continúa en este grupo de países en las próximas semanas, y en el resto se reanudan los viajes internacionales, aumentan de manera significativa las probabilidades de mayor transmisión. La magnitud de este aumento de casos puede significar un impacto considerable dadas las difíciles circunstancias que ya confrontan los sistemas de salud.
Las posibilidades de transmisión podrían aumentar, no solo con países fuera de la región, sino también la asociada con el flujo inter-países. Las implicaciones de esta nueva fase de transmisión, luego de casi diez meses de incesante presión sobre los servicios de salud, son considerables. En este escenario, el año 2020 podría culminar con un nuevo nivel de afectación de los sistemas de salud. La duración de la primera ola puede ser mucho más amplia y profunda de lo que se imaginaba hace seis meses. Y también puede aumentar la severidad de las complicaciones sociales y económicas ya existentes.
Politemas, Tal Cual, 4 de noviembre de 2020
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