Los datos son simplemente escalofriantes. El FMI ha publicado los escenarios económicos hasta el año 2021. Los estimados para la evolución económica de Venezuela no dejan ninguna duda. Venezuela está en una situación de shock económico, con todas las consecuencias que puede traer para la vida de los venezolanos.
Decía Keynes en 1919 que no hay forma más segura de trastocar las bases de la sociedad que destruir la moneda. La inflación, especialmente aquella que es abrupta y de altas proporciones, destruye las sociedades. Aniquila capacidades productivas y cambia la vida de las personas afectadas. Las implicaciones de la inflación descontrolada obligan a plantearlo como el principal público a enfrentar cuando aparece.
Según el FMI, la tasa de inflación promedio de Venezuela en 2016 sería 481%. Eso significa más del doble que la reportada el año pasado. Pero la inflación estimada para finales de este año ya estaría en 720%. No hay sino que comparar con la situación actual, para tener una idea de lo terrible que puede ser esa tasa de inflación a finales de año. Sigue el FMI indicando que el año próximo, de seguir estas políticas que nos han conducido hasta aquí, la tasa de inflación promedio llegaría a 1.600%, y que al final de 2017 tendríamos una tasa de inflación de 2.200%. Tal escenario es sencillamente devastador. Si tomamos en cuenta la estimación del FMI para el 2021, Venezuela podría alcanzar una tasa de inflación promedio de 4.500%. Sin palabras.
Este escenario implica que Venezuela sería la segunda hiperinflación del Siglo XXI (la primera fue Zimbabwe entre 2007 y 2008). Además, sería la primera hiperinflación en un país de la OPEP no sometido a una guerra civil (como fue el caso de Angola entre 1994 y 1997). Por otra parte, la tasa de inflación de Venezuela es la única superior a 100%. En América Latina y el Caribe, la anterior tasa de inflación superior a 100% la experimentó Surinam en 1994 (142%). De no corregirse el curso de la inflación, en 2017 Venezuela tendría la tasa de inflación más alta de América desde la que ocurrió en Brasil en 1994 (2.075%).
Por donde quiera que se mire, este escenario es absolutamente destructivo. Para los ciudadanos y sus condiciones de vida concretas, y para toda la sociedad. A esta situación hemos llegado por la irresponsabilidad e incompetencia del actual gobierno. Sus políticas han destruido la moneda, han pulverizado el marco de relaciones económicas, han distorsionado todas las dimensiones de las relaciones de producción e intercambio en la sociedad.
Este escenario no es irreversible. Pueden tomarse políticas que modifiquen el curso. Para ello se requiere una política económica completamente diferente, orientada a la creación de valor, el bienestar de los ciudadanos y a la preservación de la moneda. El actual gobierno ha dejado muy claro que no irá en esa dirección. Mientras eso no pase, se deteriorará mucho más la vida de los venezolanos. En consecuencia, es fundamental que la sociedad venezolana proceda en el marco constitucional a la sustitución de un gobierno que llevado al país a las puertas del fenómeno más destructivo: la hiperinflación.
Politemas, Tal Cual, 20 de abril de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario