La III Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), correspondiente al año 2016, muestra un panorama de profundo deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos. Por tercer año consecutivo, un equipo de investigadores de la UCV, UCAB y USB, ha coordinado la realización de una encuesta por hogares que contiene información sobre distintos aspectos de la vida de los venezolanos, tales como, el ingreso de las familias, alimentación, seguridad ciudadana, salud, educación, empleo, vivienda y servicios. Cada año que se ha realizado la encuesta (desde 2014), los resultados indican que la crisis social aumenta ante el fracaso rotundo de las políticas del actual gobierno. Debe destacarse que los últimos datos presentados corresponden al último trimestre del año 2016. De manera que se puede inferir que la actual realidad es mucho más complicada.
De acuerdo con la ENCOVI 2016, el 52% de los hogares del país no tiene el ingreso necesario para comprar la cesta de alimentos. Es por ello que se consideran en pobreza extrema. Más aún, un 30% adicional, aunque tiene los ingresos para comprar los alimentos, no tiene los ingresos para otros rubros de gastos básicos del hogar. En consecuencia, el 82% de los hogares del país se encuentra en situación de pobreza. No hay mucho más que agregar después de conocer este dato. El gobierno que se jactó durante buena parte de estos 18 años en tener a la pobreza como el eje de su acción, ha ocasionado la mayor reducción en las condiciones de vida en la historia del país en los últimos cien años. Por otra parte, las cifras indican que es la debacle más abrupta en las condiciones sociales en América Latina en los últimos cincuenta años.
Otros resultados expresan la variedad de manifestaciones en este contexto. Por ejemplo, el aumento de la proporción de hogares en pobreza estructural (de 16% en 2014 a 31% en 2016), es una evidencia de que ya no se trata de una condición transitoria. Es más bien un proceso que demuestra la sistemática disminución de la capacidad institucional para garantizar el bienestar de la población. Si a ello sumamos que las proteínas son accesibles para menos de la mitad de la población, que casi 10 millones de personas realizan solo dos comidas, o que el 94% de la población considera que la violencia ha aumentado en el año anterior, no queda la menor duda de la afectación en todas las esferas de la vida ciudadana.
Este deterioro era previsible. Es posible que las dimensiones no fueran completamente estimadas. Pero es muy evidente que el grado de incompetencia que el actual gobierno ha tenido en el manejo de los asuntos públicos, no podía conducir a otros resultados. La población venezolana está sufriendo sistemáticamente las consecuencias de tener un gobierno con la peor combinación de políticas en el siglo XXI en el mundo. El avance de la crisis social lo demuestra. Y también deja muy claro que el actual gobierno no tiene ni la visión ni las capacidades para enfrentar esta terrible situación.
Politemas, Tal Cual, 22 de febrero de 2017
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