La Unidad Democrática aspira ganar las elecciones del 7 de octubre de 2012. Pero ese es un paso para alcanzar un objetivo más amplio. Se trata de desarrollar un gobierno efectivo, centrado en los problemas de la gente, exitoso. Para alcanzar ese objetivo es fundamental imaginar lo que se quiere alcanzar, tenerlo en la mente, ponderarlo. De lo contrario, es muy probable que se pierda tiempo, que no haya seguridad en el rumbo. Y no se puede perder tiempo ni mostrar inseguridades. El país quiere resultados después de tanta incompetencia en estos trece años.
Imaginar dónde se quiere estar en 2019 no es ocioso para la campaña electoral. Porque al elector habrá que explicarle el camino que se quiere transitar. Indicarle los alcances de la ruta. Hay que convencer demostrando que se tiene conocimiento de lo que se aspira. De lo contrario, no se podrá entusiasmar. El lenguaje de la campaña electoral que se avecina, debe ser un mensaje de futuro. Y el futuro se puede soñar, se puede construir.
En 2019 Venezuela podría tener al menos un 70% de sus estudiantes culminando bachillerato. Eso significaría 15 puntos más de la cifra actual (55%). Y ya no tendríamos 200.000 niños abandonando la escuela en sexto grado. Un salto al futuro. Y de continuar ese ritmo podríamos llegar al 90% en 2025. La cobertura más alta de la Región probablemente. Entre las más altas del mundo.
También podríamos tener 60% o más de empleos productivos. Actualmente la mitad de nuestros empleos son de baja productividad. Otros países de la región nos superan ampliamente: Chile, Costa Rica, Panamá. Para ello se requiere promover la creación de empleos a través de la inversión sostenible, respeto a los derechos de propiedad, asociación de trabajadores, empresarios y creadores de tecnología. Venezuela podría dar un gran salto para ser el país de la Región con más empleos productivos, de calidad.
En 2019 podríamos acercarnos a la meta de erradicar la pobreza extrema. Actualmente abarca al 10% de la población. Podríamos pensar en reducirla a 5%, quizás menos. Todo dependerá de la rapidez y efectividad en implementar un sistema de protección social como se merecen los venezolanos.
En 2019 podríamos exportar 30% de bienes manufacturados, con incorporación de valor en su producción. Actualmente es 5%. Recuperaríamos el nivel que teníamos en 2001. Y nos podríamos preparar para llegar a más del 50% en el 2025. De manera que podamos alcanzar el 80% a finales de la próxima década.
Ese país es posible. Tenemos las alternativas, los equipos humanos preparados, podemos asignar los recursos económicos. Para construir ese país necesitamos cambiar de dirección. Colocar al país en una senda de unidad y progreso. Diseñar los caminos y transitarlos con dedicación y trabajo. Y si lo hacemos, en seis años tendremos un país mucho mejor.
Imaginar dónde se quiere estar en 2019 no es ocioso para la campaña electoral. Porque al elector habrá que explicarle el camino que se quiere transitar. Indicarle los alcances de la ruta. Hay que convencer demostrando que se tiene conocimiento de lo que se aspira. De lo contrario, no se podrá entusiasmar. El lenguaje de la campaña electoral que se avecina, debe ser un mensaje de futuro. Y el futuro se puede soñar, se puede construir.
En 2019 Venezuela podría tener al menos un 70% de sus estudiantes culminando bachillerato. Eso significaría 15 puntos más de la cifra actual (55%). Y ya no tendríamos 200.000 niños abandonando la escuela en sexto grado. Un salto al futuro. Y de continuar ese ritmo podríamos llegar al 90% en 2025. La cobertura más alta de la Región probablemente. Entre las más altas del mundo.
También podríamos tener 60% o más de empleos productivos. Actualmente la mitad de nuestros empleos son de baja productividad. Otros países de la región nos superan ampliamente: Chile, Costa Rica, Panamá. Para ello se requiere promover la creación de empleos a través de la inversión sostenible, respeto a los derechos de propiedad, asociación de trabajadores, empresarios y creadores de tecnología. Venezuela podría dar un gran salto para ser el país de la Región con más empleos productivos, de calidad.
En 2019 podríamos acercarnos a la meta de erradicar la pobreza extrema. Actualmente abarca al 10% de la población. Podríamos pensar en reducirla a 5%, quizás menos. Todo dependerá de la rapidez y efectividad en implementar un sistema de protección social como se merecen los venezolanos.
En 2019 podríamos exportar 30% de bienes manufacturados, con incorporación de valor en su producción. Actualmente es 5%. Recuperaríamos el nivel que teníamos en 2001. Y nos podríamos preparar para llegar a más del 50% en el 2025. De manera que podamos alcanzar el 80% a finales de la próxima década.
Ese país es posible. Tenemos las alternativas, los equipos humanos preparados, podemos asignar los recursos económicos. Para construir ese país necesitamos cambiar de dirección. Colocar al país en una senda de unidad y progreso. Diseñar los caminos y transitarlos con dedicación y trabajo. Y si lo hacemos, en seis años tendremos un país mucho mejor.
Politemas, Tal Cual, 29 de febrero de 2012
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