El presidente Chávez, de repente y tal, como si se hubiera topado accidentalmente con él, descubrió a su gobierno. Después de nueve años el Presidente nos afirma, que ahora sí, de “verdad verdaíta”, enfrentará los problemas de la gente. Todo un récord para Ripley: el presidente que tardó más en llegar al “inicio de su gobierno”. Para remate, al momento de anunciar su nuevo gabinete, el Presidente señaló a sus ministros que no debían construir “repúblicas aéreas”.
El Presidente debe saber que para muchos venezolanos estas afirmaciones no son consistentes con las intenciones del actual gobierno. Las palabras del Presidente suenan huecas, especialmente porque no existe ninguna relación entre lo que dice y lo que su gobierno quiere hacer, incluso después de los resultados del 2 de diciembre.
El 14 de diciembre de 2007, sin que se hubieran contado todavía todos los votos del referéndum, la Asamblea Nacional aprobó las “Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013”. Otra manera de identificar al Plan de la Nación.
En las 52 páginas del documento se explica el “índice de contenidos”, el cual abarca desde la “nueva ética socialista” hasta la “nueva geopolítica internacional”, pasando por la “suprema felicidad social” y la “democracia protagónica revolucionaria”, entre otros tópicos.
Según este documento “el proyecto ético Socialista Bolivariano tiene como misión la superación de la ética del capital, y se centra en la configuración de una conciencia revolucionaria de la necesidad de una nueva moral colectiva que solo (sic) puede ser alcanzada mediante la dialéctica de la lucha por la transformación material de la sociedad…..”. Más adelante, como para rematar, indican: “Tal dialéctica debe llevarnos a fundar la convicción de que si nosotros mismos no cambiamos, de nada valdría cambiar la realidad exterior”. Ahí queda eso. Para la posteridad.
Cuando se define la “suprema felicidad social”, los autores del Plan indican que es la “visión de largo plazo que tiene como punto de partida la construcción de una estructura social incluyente, formando una sociedad de incluidos, un nuevo modelo social, productivo, socialista, humanista, endógeno, donde todos vivamos en similares condiciones rumbo a lo que decía Simón Bolívar: la suprema felicidad social”. Una pelusa!!! Un concepto que se define basado en sí mismo. De antología.
Para completar esta “obra maestra”, se señala “dado que la soberanía reside en el pueblo, este (sic) puede por sí mismo dirigir el Estado, sin necesidad de delegar su soberanía….” No puede negarse la innovación que acá se encierra.
Para decepción del presidente Chávez, sin embargo, en toda la extensión de este documento no se encuentran soluciones a los problemas de la gente. Esos que ahora preocupan tanto al gobierno.
En realidad, esos problemas cotidianos que angustian a los venezolanos no aparecen en el fulano Plan. El “desabastecimiento” no aparece citado ni en una sola ocasión. Lo mismo ocurre con “malaria”, “dengue”, “inseguridad pública”, “basura”, “pensiones”, “calidad de la educación”, “desnutrición”, “hambre”. Ni una sola vez. De lo cual se deduce que no puede contener soluciones cuando los problemas ni siquiera se mencionan.
Si el presidente Chávez quisiera resolver los problemas de la gente, debería pedirle a la Asamblea Nacional que repita la tarea. Los votos negativos de los venezolanos le otorgaron el veredicto de “reprobado” a ese Plan de la Nación. Si lo mantienen, el presidente Chávez seguirá liderando un gobierno aéreo, de esos que no tienen nada de realidad.
Politemas, Tal Cual, 16 de enero de 2008
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