No podía ser de otra manera. El Presidente saliente (porque hay que aclarar que le queda poco en el cargo), no se pudo contener. Ante el auge de las muertes por violencia y la generalizada opinión de que es el principal problema de los venezolanos, el Presidente no se podía quedar callado. Especialmente cuando sabe que para millones de venezolanos su responsabilidad está muy clara, sus fallas son evidentes. Su fracaso en la conducción de las políticas de seguridad no ofrece la menor duda.
Y es por ello que hace dos semanas “encadenó” al país. Para que todo el mundo oyera su largo monólogo. Lo primero que hizo fue destacar que ahora presentaba un nuevo “plan”. Luego de casi 14 años el Presidente aparece con otro plan. Pretende que se le crea que ahora si se preparó adecuadamente. Que no caigamos en cuenta que los anteriores planes existieron. Que en su momento sus ministros también dijeron que habían encontrado la solución a los problemas de la violencia. Lo que llama la atención por supuesto es que esta vez faltan apenas tres meses para las elecciones. Y que la nota para pasar no le da. Acude al expediente de explicar un nuevo plan para distraer la atención de las fallas inmensas que han representado cada uno de los anteriores planes.
Ya eso hubiera sido suficiente muestra de cinismo. Pero la osadía del Presidente es ilimitada. Para justificar las “virtudes” del plan acude a la mentira y la exageración. No se puede llamar de otra forma cuando señaló que la inseguridad no ha sido descuidada ni “un minuto”. Cuando todo el mundo sabe que el Presidente justificó la realización de actos contra la propiedad. Y que en muchas ocasiones tales hechos han contado con el beneplácito de altos funcionarios. Además, nadie ha visto al Presidente convocar a los gobernadores y alcaldes para trabajar de forma mancomunada. Es ahora que el Presidente habla del problema. Cuando sabe que los votos se le escapan y que muchos venezolanos irán a cobrarle esa factura el próximo 7 de octubre.
Eso tampoco fue suficiente. Luego el Presidente se dedicó a explicar las “bondades” de su nueva ocurrencia. Señalando que el causante del aumento de la violencia es el neoliberalismo. En ese caso, habría que preguntarse ¿cómo es que ha aumentado tanto en Venezuela?, ¿es que resulta que él está presidiendo un gobierno neoliberal? Y previamente había obviado que el mayor aumento de las muertes por violencia se ha producido en su largo gobierno. Tampoco explicó cómo va a enfrentar la violencia sin el concurso de los gobiernos de los estados y municipios. Ni cómo es que se reducirá la violencia cuando se está promoviendo la compra y producción de armas. No se explicó nada de eso porque lo que expresa el Presidente es el más puro cinismo en la conducción del Estado venezolano.
Y es por ello que hace dos semanas “encadenó” al país. Para que todo el mundo oyera su largo monólogo. Lo primero que hizo fue destacar que ahora presentaba un nuevo “plan”. Luego de casi 14 años el Presidente aparece con otro plan. Pretende que se le crea que ahora si se preparó adecuadamente. Que no caigamos en cuenta que los anteriores planes existieron. Que en su momento sus ministros también dijeron que habían encontrado la solución a los problemas de la violencia. Lo que llama la atención por supuesto es que esta vez faltan apenas tres meses para las elecciones. Y que la nota para pasar no le da. Acude al expediente de explicar un nuevo plan para distraer la atención de las fallas inmensas que han representado cada uno de los anteriores planes.
Ya eso hubiera sido suficiente muestra de cinismo. Pero la osadía del Presidente es ilimitada. Para justificar las “virtudes” del plan acude a la mentira y la exageración. No se puede llamar de otra forma cuando señaló que la inseguridad no ha sido descuidada ni “un minuto”. Cuando todo el mundo sabe que el Presidente justificó la realización de actos contra la propiedad. Y que en muchas ocasiones tales hechos han contado con el beneplácito de altos funcionarios. Además, nadie ha visto al Presidente convocar a los gobernadores y alcaldes para trabajar de forma mancomunada. Es ahora que el Presidente habla del problema. Cuando sabe que los votos se le escapan y que muchos venezolanos irán a cobrarle esa factura el próximo 7 de octubre.
Eso tampoco fue suficiente. Luego el Presidente se dedicó a explicar las “bondades” de su nueva ocurrencia. Señalando que el causante del aumento de la violencia es el neoliberalismo. En ese caso, habría que preguntarse ¿cómo es que ha aumentado tanto en Venezuela?, ¿es que resulta que él está presidiendo un gobierno neoliberal? Y previamente había obviado que el mayor aumento de las muertes por violencia se ha producido en su largo gobierno. Tampoco explicó cómo va a enfrentar la violencia sin el concurso de los gobiernos de los estados y municipios. Ni cómo es que se reducirá la violencia cuando se está promoviendo la compra y producción de armas. No se explicó nada de eso porque lo que expresa el Presidente es el más puro cinismo en la conducción del Estado venezolano.
Politemas, Tal Cual, 4 de julio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario