Tres años después del inicio de la pandemia de covid-19, las evidencias indican que los riesgos biológicos pueden aumentar a menos que se tomen medidas adecuadas a escala global. Estos riesgos implicarían la ocurrencia de nuevas pandemias, sean localizadas en algunas áreas del mundo, o de gran afectación, como ha sido la pandemia de covid-19.
En estas circunstancias, las políticas de los gobiernos deben combinar al menos dos aspectos. En primer lugar, el control completo de la pandemia de covid-19. Al 15 de noviembre de 2022, según cifras de Our World in Data de la Universidad de Oxford, se registran alrededor de 35.000 casos diarios de covid-19 en los países de América Latina, más del doble que los casos reportados en noviembre de 2021. Esto es significativo especialmente porque solo ocho países de la región (de 20) tienen a la fecha más de 80% de cobertura completa de vacunación. Alcanzar el pleno control es una tarea que luce bastante exigente para muchos países de América Latina, si se considera el severo impacto que tuvo la pandemia con más de 1,6 millones de muertes hasta la fecha.
El segundo aspecto es la preparación que se debe acometer en cada país para evitar nuevas pandemias. Un reciente reporte del Banco Mundial concentra la atención en las prioridades de acción que se pueden considerar a tal efecto. Se señala en el informe que el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes se debe a zoonosis, es decir, enfermedades que se originan en animales, y son transmitidas al hombre a través de diferentes mecanismos. De allí que el fundamento de la estrategia es garantizar que los países desarrollen los procesos y programas que permitan anticipar la posible aparición de pandemias.
Tres tipos de acciones son descritas en el reporte para facilitar esta anticipación. En primer lugar, sacar provecho al momento actual. Es decir, tomar en cuenta que el tema se encuentra de manera preferente en la agenda pública (por las circunstancias de la evolución de la pandemia). En segundo lugar, se indican en el reporte los costos aproximados para la prevención de las nuevas pandemias, a través de mejoras en los servicios públicos de veterinaria, de la bioseguridad en las fincas, y la reducción de la deforestación en países de alto riesgo. Se estima que el costo total anual de estos programas puede variar entre 10,3 y 11,5 miles de millones de dólares a escala global.
El tercer grupo de acciones incluye reducción de emisiones de CO2, adaptación climática, mejoras en la seguridad de los alimentos y en la nutrición, reducción del costo económico por enfermedades de animales, aumento en el acceso a los mercados, y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Para desarrollar estas acciones, en el reporte se propone la constitución de un Marco de Inversiones para los actores relevantes en los ámbitos nacionales, regionales, y globales.
El mensaje fundamental del reporte es la necesidad de armonizar las dinámicas de desarrollo, fundamentales para el bienestar, con la protección ante los riesgos biológicos, es decir, la urgencia de establecer nuevos equilibrios en la tensión permanente entre las opciones productivas y la preservación del ambiente. Vistas las notables restricciones en el diseño e implementación de políticas públicas que confrontan los gobiernos de la región, se requiere una gran dosis de visión y persistencia para promover estos nuevos equilibrios.
Politemas, Tal Cual, 17 de noviembre de 2022
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