El Presidente decidió darle de frente con la campaña electoral. Varias horas de cadena en su programa dominical bastan para demostrar que la cosa va en serio. Hace dos semanas ya había indicado el rumbo. No solamente se trata de las elecciones de los Consejos Municipales y de la Asamblea Nacional del próximo año. También está en la mira la propia reelección presidencial del año 2012.
El Presidente sabe que la gestión de su gobierno es deficiente. La sensación en la calle es que hay expectativas negativas sobre los próximos meses. El aumento del desempleo y del costo de la vida, así como las agresiones contra el sector productivo del país, le dan al ciudadano común claras pistas de que las cosas no van por buen camino. Todo eso lo sabe el Presidente, mucho más de lo que imaginamos.
Para colmo, el Presidente sabe que las “joyas de la corona”, esto es, las Misiones de su gobierno, han sentido el golpe. En líneas generales, en los últimos meses hay un notable descenso en el número de beneficiarios de las Misiones. En algunas de ellas hasta un 20% de caída.
Una de las Misiones más afectadas en la deserción de beneficiarios es Barrio Adentro. La gente ya no va. Por varias razones. La primera, nos informó el Presidente, es que 2.000 consultorios de Barrio Adentro no tienen médicos. Sencillamente. La segunda es que la gente quiere más y mejor atención. No menos. Quiere más calidad, no menos. Si no la encuentran en Barrio Adentro, sencillamente se van a otra parte.
De allí que el Presidente haya declarado en emergencia el sector salud. En realidad, lo que está en emergencia en su propia presidencia. Las ofertas son las mismas de seis años atrás. Podemos inferir que seguirá con las mismas equivocaciones, producirá más resultados adversos.
En la justificación del “remozamiento” de su ya obsoleta política, el Presidente dice cosas que no son verdad. Las repite y repite con el objetivo de que se conviertan en verdad. Pero no es tan fácil. Buen servicio harían los asesores del Presidente si le indicaran las mentiras que pronuncia. Ellos deben saber la verdad, pero callan.
Van sólo algunas. El Presidente dijo que la mortalidad infantil había disminuido en su largo gobierno. De 23,4 muertes por 1000 nacidos vivos al principio de su gobierno, a 16,7 en el año 2007. Lo que no dice el Presidente es que apenas en diciembre de 2008 había dicho que la mortalidad infantil era 13,9. ¿Cuál es la cifra entonces? ¿La de diciembre o la del domingo? Si es la que dijo el domingo, entonces también debió decir que las últimas cifras oficiales, las del 2005, situaban la mortalidad infantil en 15,5. De manera que entre 2005 y 2007, la mortalidad infantil aumentó más de un punto. Por segunda vez en su mandato.
También dijo el Presidente que Cuba tenía el mejor sistema de salud del mundo. Por eso es que nos asesora, según él. La verdad de las cosas, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, es que en Cuba aumentó la mortalidad materna entre 1998 y 2005. Que en Cuba se encuentran las tasas de mortalidad más altas de América Latina por cáncer y enfermedades circulatorias. Que en realidad Cuba se encuentra muy rezagado en la atención de problemas de salud prioritarios.
También dijo que acá “no teníamos nada que se pareciera a un sistema de salud pública”. Con esa sola frase quiso eliminar de un plumazo una de las mejores tradiciones de salud pública de América Latina. El Presidente repitió mentiras. Pero muy pocos le creen. La mayoría de los venezolanos sabe que en materia de realidades concretas, el Presidente no tiene nada que decir.
El Presidente sabe que la gestión de su gobierno es deficiente. La sensación en la calle es que hay expectativas negativas sobre los próximos meses. El aumento del desempleo y del costo de la vida, así como las agresiones contra el sector productivo del país, le dan al ciudadano común claras pistas de que las cosas no van por buen camino. Todo eso lo sabe el Presidente, mucho más de lo que imaginamos.
Para colmo, el Presidente sabe que las “joyas de la corona”, esto es, las Misiones de su gobierno, han sentido el golpe. En líneas generales, en los últimos meses hay un notable descenso en el número de beneficiarios de las Misiones. En algunas de ellas hasta un 20% de caída.
Una de las Misiones más afectadas en la deserción de beneficiarios es Barrio Adentro. La gente ya no va. Por varias razones. La primera, nos informó el Presidente, es que 2.000 consultorios de Barrio Adentro no tienen médicos. Sencillamente. La segunda es que la gente quiere más y mejor atención. No menos. Quiere más calidad, no menos. Si no la encuentran en Barrio Adentro, sencillamente se van a otra parte.
De allí que el Presidente haya declarado en emergencia el sector salud. En realidad, lo que está en emergencia en su propia presidencia. Las ofertas son las mismas de seis años atrás. Podemos inferir que seguirá con las mismas equivocaciones, producirá más resultados adversos.
En la justificación del “remozamiento” de su ya obsoleta política, el Presidente dice cosas que no son verdad. Las repite y repite con el objetivo de que se conviertan en verdad. Pero no es tan fácil. Buen servicio harían los asesores del Presidente si le indicaran las mentiras que pronuncia. Ellos deben saber la verdad, pero callan.
Van sólo algunas. El Presidente dijo que la mortalidad infantil había disminuido en su largo gobierno. De 23,4 muertes por 1000 nacidos vivos al principio de su gobierno, a 16,7 en el año 2007. Lo que no dice el Presidente es que apenas en diciembre de 2008 había dicho que la mortalidad infantil era 13,9. ¿Cuál es la cifra entonces? ¿La de diciembre o la del domingo? Si es la que dijo el domingo, entonces también debió decir que las últimas cifras oficiales, las del 2005, situaban la mortalidad infantil en 15,5. De manera que entre 2005 y 2007, la mortalidad infantil aumentó más de un punto. Por segunda vez en su mandato.
También dijo el Presidente que Cuba tenía el mejor sistema de salud del mundo. Por eso es que nos asesora, según él. La verdad de las cosas, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, es que en Cuba aumentó la mortalidad materna entre 1998 y 2005. Que en Cuba se encuentran las tasas de mortalidad más altas de América Latina por cáncer y enfermedades circulatorias. Que en realidad Cuba se encuentra muy rezagado en la atención de problemas de salud prioritarios.
También dijo que acá “no teníamos nada que se pareciera a un sistema de salud pública”. Con esa sola frase quiso eliminar de un plumazo una de las mejores tradiciones de salud pública de América Latina. El Presidente repitió mentiras. Pero muy pocos le creen. La mayoría de los venezolanos sabe que en materia de realidades concretas, el Presidente no tiene nada que decir.
Politemas, Tal Cual, 7 de octubre de 2009
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