El gobierno decidió anticipar la devaluación. Esperando que la gente se comiera el cuento, los funcionarios responsables aparecieron a pocas horas del final del año. Se trataba de disfrazar la devaluación como “unificación cambiaria”. Confiado en su aparato de propaganda, el propio Presidente le dedicó parte de su columna dominical. Así se aprecian las cosas en el gobierno. Se inventa un cuento, se va a los medios, se suelta el cuento, y se acabó. Con la ingenuidad de que los venezolanos vamos a decir, “¡Ah verdad, se trata de “unificación!”.
El encargado de anunciar la devaluación, con todas sus letras, fue el ministro Giordani. Habría que recordar que éste es el mismo ministro que se ha encargado de la planificación del país en casi todos estos 12 años. Es el mismo ministro que ha elaborado los planes de la nación y coordinado las políticas económicas en este largo período.
Es el mismo ministro, hay que insistir, que dijo a principios del año pasado que la economía iba a crecer, a despecho de la crisis eléctrica. Eso fue a finales de febrero. Señaló que se basaba en ese “cálculo” tomando en cuenta las “inversiones” que haría el gobierno. Se atrevió a decir que íbamos a crecer a 0,5%. No tomemos en cuenta que esa cifra es muy inferior al crecimiento de la población.
Fue el mismo ministro que a principios de septiembre del año pasado anunció que la recesión terminaría en el tercer o cuarto trimestre. Para luego “rematar” el año diciendo que terminaríamos con 0% de “crecimiento”. Cada uno de los “pronósticos” del ministro fue errado, muy distante de lo que sucedió.
Pero resulta que en este gobierno que ya tiene dos años seguidos de recesión en su haber, el ministro sigue despachando, y sin muchas turbaciones que digamos. Es así que se apareció sin rubores el jueves pasado para anunciar a los venezolanos una devaluación de 65% del cambio con el que se compran los alimentos, entre otras “minucias”. Esto es, una economía con la más alta inflación del mundo, con dos años de recesión a cuestas, se enfrenta a una devaluación de esa magnitud. Y he aquí que el ministro nos informa su último “pronóstico”: el año 2011 será de crecimiento económico.
Es evidente que las estimaciones que ha dejado el ministro sufren de la misma falla. Se trata de anteponer los deseos a las realidades. La economía venezolana no crece de manera sostenible porque las políticas implementadas no conducen a ese objetivo. No es posible que se produzca el crecimiento con tal combinación errónea de políticas. Pero lo más pasmoso es no tener la mínima autocrítica para reconocer las deficiencias. Se actúa con tal desfachatez, como si no hubiera registro de sus errores. Como si nadie se hubiera dado cuenta. Tenemos ministros sin credibilidad en un gobierno sin credibilidad. Esa es su función, echar cuentos.
El encargado de anunciar la devaluación, con todas sus letras, fue el ministro Giordani. Habría que recordar que éste es el mismo ministro que se ha encargado de la planificación del país en casi todos estos 12 años. Es el mismo ministro que ha elaborado los planes de la nación y coordinado las políticas económicas en este largo período.
Es el mismo ministro, hay que insistir, que dijo a principios del año pasado que la economía iba a crecer, a despecho de la crisis eléctrica. Eso fue a finales de febrero. Señaló que se basaba en ese “cálculo” tomando en cuenta las “inversiones” que haría el gobierno. Se atrevió a decir que íbamos a crecer a 0,5%. No tomemos en cuenta que esa cifra es muy inferior al crecimiento de la población.
Fue el mismo ministro que a principios de septiembre del año pasado anunció que la recesión terminaría en el tercer o cuarto trimestre. Para luego “rematar” el año diciendo que terminaríamos con 0% de “crecimiento”. Cada uno de los “pronósticos” del ministro fue errado, muy distante de lo que sucedió.
Pero resulta que en este gobierno que ya tiene dos años seguidos de recesión en su haber, el ministro sigue despachando, y sin muchas turbaciones que digamos. Es así que se apareció sin rubores el jueves pasado para anunciar a los venezolanos una devaluación de 65% del cambio con el que se compran los alimentos, entre otras “minucias”. Esto es, una economía con la más alta inflación del mundo, con dos años de recesión a cuestas, se enfrenta a una devaluación de esa magnitud. Y he aquí que el ministro nos informa su último “pronóstico”: el año 2011 será de crecimiento económico.
Es evidente que las estimaciones que ha dejado el ministro sufren de la misma falla. Se trata de anteponer los deseos a las realidades. La economía venezolana no crece de manera sostenible porque las políticas implementadas no conducen a ese objetivo. No es posible que se produzca el crecimiento con tal combinación errónea de políticas. Pero lo más pasmoso es no tener la mínima autocrítica para reconocer las deficiencias. Se actúa con tal desfachatez, como si no hubiera registro de sus errores. Como si nadie se hubiera dado cuenta. Tenemos ministros sin credibilidad en un gobierno sin credibilidad. Esa es su función, echar cuentos.
Politemas, Tal Cual, 5 de enero de 2011
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