No se puede negar que el ministro Giordani tiene ideas persistentes. El anuncio de las cifras de la economía en el tercer trimestre del año, fue otra oportunidad para que nos ofreciera su análisis acostumbrado. Dijo el ministro que “ya estamos casi a nivel de cero”. Así, imperturbable, directo, a los ojos. Como si le hubiera dado un hit a Félix Hernández. Esa es toda la ambición que tiene el Ministro de Planificación y Finanzas de un país de 29 millones de habitantes, con la peor crisis económica en casi una década. La expectativa del Zar de la “economía” es crecer 0%.
Para cualquier ciudadano es evidente que crecer a la “astronómica” cifra de 0% es un monumental problema. Si la población crece al 2%, por ponerlo bajo, eso significa que somos más y no crecemos. Entonces, ¿cómo se hace para generar los bienes y servicios para los que están llegando? ¿Y cómo se hace para que a los que ya están acá no se les siga deteriorando la vida? Eso lo debe saber el encargado de la economía. Es lo que se supone, pero no es así.
Ya son varios los trimestres de decrecimiento de la economía. Hay que recordar que el año pasado se contrajo la actividad económica en 3,3%. También hay que recordar que el 5 de septiembre Giordani había dicho “no hay duda de que la economía se va a recuperar en el tercer o cuarto trimestre”. Vale decir, casi aseguró que en algún momento esto crece, no puede ser que se quede estancada. Basta con la voluntad de hacerlo. Punto. Y porque si se dice desde el gobierno, “todo entra en su cauce”.
Días más tarde arremetió contra el Fondo Monetario. No le gustó el pronóstico de que la economía venezolana sería la única de la región que no crecería. Pero el ministro no indicó cuál es la lógica a través de la cual una economía que espanta las inversiones, y que quiere poner todo en manos del Estado, genera alto crecimiento con estabilidad. Para el ministro basta que la “revolución” lo indique para que se rindan los mercados y se produzca riqueza y bienestar para todos.
Y es aquí que llegó el informe del tercer trimestre y nada que llega la ansiada cifra. Ese “cero” que desesperadamente busca Giordani. Para que se le quite el signo negativo al crecimiento. Y entonces pueda difundir a los cuatro vientos que estamos “escribiendo un nuevo capítulo en la teoría económica”. Crecemos a cero, a partir de ahora todo irá muy bien. Caerá la inflación sin que haya producción, se producirán nuevos empleos sin inversiones y sin derechos de propiedad, se reducirá el déficit del sector público sin que haya nuevos ingresos por concepto de nuevas empresas.
En el mundo de los responsables económicos del actual gobierno, la realidad está equivocada. Sólo hace falta esperar el próximo informe del BCV para que vuelvan a decir que el crecimiento vendrá en el próximo trimestre. En alguna parte el azar no les puede fallar.
Para cualquier ciudadano es evidente que crecer a la “astronómica” cifra de 0% es un monumental problema. Si la población crece al 2%, por ponerlo bajo, eso significa que somos más y no crecemos. Entonces, ¿cómo se hace para generar los bienes y servicios para los que están llegando? ¿Y cómo se hace para que a los que ya están acá no se les siga deteriorando la vida? Eso lo debe saber el encargado de la economía. Es lo que se supone, pero no es así.
Ya son varios los trimestres de decrecimiento de la economía. Hay que recordar que el año pasado se contrajo la actividad económica en 3,3%. También hay que recordar que el 5 de septiembre Giordani había dicho “no hay duda de que la economía se va a recuperar en el tercer o cuarto trimestre”. Vale decir, casi aseguró que en algún momento esto crece, no puede ser que se quede estancada. Basta con la voluntad de hacerlo. Punto. Y porque si se dice desde el gobierno, “todo entra en su cauce”.
Días más tarde arremetió contra el Fondo Monetario. No le gustó el pronóstico de que la economía venezolana sería la única de la región que no crecería. Pero el ministro no indicó cuál es la lógica a través de la cual una economía que espanta las inversiones, y que quiere poner todo en manos del Estado, genera alto crecimiento con estabilidad. Para el ministro basta que la “revolución” lo indique para que se rindan los mercados y se produzca riqueza y bienestar para todos.
Y es aquí que llegó el informe del tercer trimestre y nada que llega la ansiada cifra. Ese “cero” que desesperadamente busca Giordani. Para que se le quite el signo negativo al crecimiento. Y entonces pueda difundir a los cuatro vientos que estamos “escribiendo un nuevo capítulo en la teoría económica”. Crecemos a cero, a partir de ahora todo irá muy bien. Caerá la inflación sin que haya producción, se producirán nuevos empleos sin inversiones y sin derechos de propiedad, se reducirá el déficit del sector público sin que haya nuevos ingresos por concepto de nuevas empresas.
En el mundo de los responsables económicos del actual gobierno, la realidad está equivocada. Sólo hace falta esperar el próximo informe del BCV para que vuelvan a decir que el crecimiento vendrá en el próximo trimestre. En alguna parte el azar no les puede fallar.
Politemas, Tal Cual, 24 de noviembre de 2010
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