La noticia es realmente impactante. Ahora resulta que Venezuela acude a Qatar para que le facilite los recursos que permitan enfrentar la caída del precio del petróleo. Es otra muestra del peregrinaje por conseguir dinero que ha puesto en evidencia ante todo el mundo el desastre económico que vive el país.
Luego de 16 años de gobierno, el país vive una crisis sin precedentes. La inflación más alta del mundo se combina con una caída de la actividad económica de marca mayor. Y como si eso no fuera suficiente, los precios del petróleo han caído a menos de la mitad del valor de hace cuatro meses. La destrucción de capacidad productiva se ve todos los días en las calles. Cada cola en la que se encuentren venezolanos, en todos los sitios del país, en todos los sectores sociales, para muchos productos, es una demostración evidente del fracaso de una política y de toda una gestión.
Todo este desastre tiene un origen: la pretensión, en parte por ideología, en parte por una gran ignorancia, de creer que es posible fundamentar el desarrollo de una sociedad en el control del Estado y en la utilización del petróleo como fuente exclusiva de los recursos. La combinación de ambas visiones ha traído estas consecuencias. Intentar vivir al amparo exclusivo del petróleo solo era posible con reglas que no son viables ni adecuadas en la realidad de Venezuela. Al cabo de 16 años, y en el contexto de una caída en los precios que no es necesariamente coyuntural, todo el andamiaje sobre el que está montado este desengaño ha caído estruendosamente.
Lo que quizás no han ponderado los encargados de las políticas oficiales, es que según la CEPAL, Venezuela puede estar experimentando el momento de mayor dependencia de la renta petrolera en toda su historia. Efectivamente, en 2013, últimas cifras disponibles, los ingresos por concepto de petróleo representaron el 85,4% de los ingresos de divisas. Eso es superior a lo que teníamos en 1982 en casi 20 puntos. Y es poco menos del doble de lo que teníamos en 1998. Y es 25 puntos superior a lo que teníamos en 2005.
Hoy Venezuela es más dependiente de la venta de petróleo, y es por ello que las únicas fuentes de ingresos son aquellas en las cuales se coloque ese producto como contraprestación. Irónicamente, cuando menos lo producimos y cuando el rol de Venezuela en la OPEP es prácticamente de actor de reparto. La conducción de este gobierno ha llevado a Venezuela al más alto grado de dependencia y de vulnerabilidad. Han incubado con torpeza e ignorancia la profunda crisis que hoy contemplamos. La responsabilidad del gobierno es también total.
Politemas, Tal Cual, 14 de enero de 2015
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