El nuevo Sistema Integral de Acceso a Medicamentos (SIAMED) es una iniciativa gubernamental que pone en evidencia las enormes debilidades de la gestión de salud en el país. No solamente por lo que se proponen realizar. Esto es, administrar la escasez que se registra en el rubro de los medicamentos. Ante la caída en el abastecimiento, la respuesta es consistente con la que se ha producido en otras áreas de la economía: racionar. Todo ello bajo el supuesto de que el consumo de medicamentos es excesivo. Es muy obvio, sobran las evidencias, que en realidad lo que existe es una disminución de la cantidad de medicamentos disponibles.
Ahora bien, la iniciativa también ilustra la concepción que se tiene en los altos niveles de gobierno sobre los problemas de salud. De acuerdo con el argumento del gobierno, ya todas las personas que tienen hipertensión arterial y diabetes están diagnosticadas, solo por citar estos casos. De manera que lo que deben hacer es ir a la farmacia para registrarse y recibir la notificación para retirar los medicamentos. Tan sencillo como eso. Tal manera de ver las cosas, demuestra que la gestión de salud está basada en el supuesto de que los pacientes deben ir a los servicios para ser atendidos. Y que si no van, es porque no están enfermos.
Nada más alejado de la realidad. Muchos pacientes no acuden a los servicios de salud simplemente porque tienen grandes restricciones de acceso. En primer lugar, según los resultados del Estudio de Condiciones de Vida (UCV-UCAB-USB), el 50% de la población no tiene seguro de salud. De manera que no tiene mayor sentido para ellos acudir a los servicios cuando no se dispone de respaldo financiero para realizar los exámenes o adquirir los medicamentos. En segundo lugar, la mayoría de las personas no tiene la información sobre los riesgos que significan para su vida estas enfermedades. Y en tercer lugar, muchas veces el control de esos riesgos supone contar con los recursos y el tiempo disponible, por ejemplo, para el ejercicio o la compra de alimentos ricos en proteínas y vegetales.
Esas son las razones por las cuales está aumentando en el país la mortalidad por infarto agudo al miocardio y por diabetes (al menos hasta el último año de información disponible, 2012). Y estos aspectos explican que la gran mayoría de las personas no reconoce tener hipertensión arterial o diabetes. No porque nos las tengan, sino sencillamente porque no lo saben. Es posible estimar que el 66% de las personas que tienen hipertensión arterial y diabetes no lo saben. Eso significa, a grandes rasgos, que aproximadamente 6 millones de personas con hipertensión arterial y 2 millones con diabetes, están viviendo sin el conocimiento de que están afectados por la marcha incontrolada de estas enfermedades. Sus vidas, literalmente, están en riesgo todos los días.
La tarea, entonces, de la gestión de los servicios de salud es justamente buscar a esas personas, comunicar por todas las vías los riesgos que sufren, realizar los exámenes requeridos para el diagnóstico, y luego tratarlos adecuadamente. Todo lo cual está muy lejos de racionar medicamentos.
Politemas, Tal Cual, 29 de abril de 2015
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