Nada como mirar a los países que tienen alto desempeño para tomar más conciencia de la pérdida de oportunidades en este largo gobierno. Mientras la actual gestión se preocupa por controlar, perseguir a los sectores productivos, evitar la definición de metas y su cumplimiento, en otros países se dan pasos determinantes para garantizar el mayor bienestar a la población.
Solo como referencia tomemos lo que ocurre en el ámbito de la salud. Comparemos las condiciones de salud de Venezuela con las que se tienen en los países europeos. Por ejemplo, la expectativa de vida de las mujeres en Venezuela es 80 años. Esto es cinco años menos que la de las mujeres en España y Francia. La expectativa de vida de los hombres en nuestro país (72 años), es 7 años menor a la de los hombres en España, Australia, Suecia.
En el caso de la mortalidad infantil las diferencias son también notables. La tasa de mortalidad infantil en Venezuela (14,4 defunciones por cada 1000 nacidos vivos registrados) es 14 veces mayor que la de Islandia, 5 veces más que la de España o Finlandia, solo por nombrar algunos países. Igual ocurre con la mortalidad materna. En Venezuela la mortalidad materna ha aumentado 40% desde 1998 y es 10 veces superior al promedio de los países europeos.
La magnitud de la brecha queda muy evidente cuando comparamos el gasto que realizan las personas para financiar la salud. En los países europeos el monto que pagan las familias por la salud (también llamado gasto de bolsillo) no pasa en promedio del 15% del gasto total de salud. En países como Holanda y Francia no llega al 8%. En Venezuela, el gasto de bolsillo es el más alto de las 15 economías más grandes de América Latina: más del 60% del gasto total.
Estas diferencias denotan el bajo desempeño del sistema de salud de Venezuela cuando lo comparamos con los países europeos, pero incluso cuando lo comparamos con países de América Latina. En líneas generales, Venezuela se encuentra en los peores lugares, sea en las condiciones de salud, o en los indicadores de cobertura de servicios. Se puede afirmar con toda fuerza que en estos quince años se ha producido una total involución en la gerencia de la salud pública del país.
El resultado final es muy lamentable. Se expresa en deterioro de las oportunidades para personas y familias, sufrimiento por las dificultades para la atención, pérdidas de productividad, ausentismo escolar, en fin, todas las restricciones derivadas de la afectación de la salud. Todo lo anterior sería completamente evitable si el gobierno fuera capaz de implementar políticas adecuadas. Ya es bastante obvio que no puede con esa responsabilidad.
Politemas, Tal Cual, 15 de octubre de 2014
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