El país ya tiene varias semanas conociendo de las decenas de miles de toneladas de alimentos que se han perdido, vale decir, podrido, en varios puertos nacionales. Comida perdida luego de once años de la llamada “revolución bonita”. Incluso si en el país no hubiera ningún caso de desnutrición, la pérdida de tal cantidad de alimentos sería un delito de incalculables proporciones. Es el caso que todo esto sucede con 20% de niños desnutridos entre dos y seis años, según lo testimonian las cifras del Ministerio de Finanzas y Planificación.
Tal ha sido la magnitud de la conmoción nacional, que la Contraloría General de la República ha anunciado que hará una investigación. Ya eso son palabras mayores. Para una institución que se ha ocupado fundamentalmente de inhabilitar a adversarios políticos, ya es bastante que asome una intención de averiguar. Otra cosa será ver los resultados.
En este episodio tan lamentable se oye un silencio atronador. En la Asamblea Nacional, poder público que por excelencia debe velar por los intereses concretos de los venezolanos, no se ha oído ninguna voz que haya planteado una inmediata averiguación. Si hemos sabido de la Asamblea Nacional, ha sido para informar que se negó la interpelación de los funcionarios responsables.
La revisión del sitio web de la Asamblea Nacional no deja ninguna duda. No aparece ninguna mención de una situación que compromete la calidad de vida de los venezolanos, y que demuestra con mucha claridad que el manejo de los dineros públicos es hoy en día terreno fértil para cualquier cantidad de irregularidades y faltas a la transparencia administrativa.
Lo que si ha requerido la atención de la Asamblea Nacional, es la seguridad de las delegaciones que participan en el Mundial de Softball, o la conmemoración de los 184 años del Congreso Anfictiónico de Panamá, o la muestra fotográfica de la Agencia Venezolana de Noticias, o la supuesta manipulación de la noticia sobre pollos dañados en Cumaná. Para la Asamblea Nacional todas las noticias anteriores superan la importancia de la pérdida monumental de alimentos y de sus consecuencias para la vida de los venezolanos,
No podría ser de otra manera. La Asamblea Nacional está completamente dominada por el Ejecutivo Nacional. Ha dejado de ejercer todas las atribuciones señaladas en el texto constitucional. No existe mayor interés en promover actividades parlamentarias que redunden en beneficios concretos para los ciudadanos. Es por ello que las elecciones del 26 de septiembre constituyen una coyuntura de excepcional importancia. Ese día los venezolanos meteremos nuevamente a la gente en la agenda del parlamento. Los votos de los venezolanos contribuirán para que cese la Asamblea del descaro. La fecha está más cerca cada día.
Tal ha sido la magnitud de la conmoción nacional, que la Contraloría General de la República ha anunciado que hará una investigación. Ya eso son palabras mayores. Para una institución que se ha ocupado fundamentalmente de inhabilitar a adversarios políticos, ya es bastante que asome una intención de averiguar. Otra cosa será ver los resultados.
En este episodio tan lamentable se oye un silencio atronador. En la Asamblea Nacional, poder público que por excelencia debe velar por los intereses concretos de los venezolanos, no se ha oído ninguna voz que haya planteado una inmediata averiguación. Si hemos sabido de la Asamblea Nacional, ha sido para informar que se negó la interpelación de los funcionarios responsables.
La revisión del sitio web de la Asamblea Nacional no deja ninguna duda. No aparece ninguna mención de una situación que compromete la calidad de vida de los venezolanos, y que demuestra con mucha claridad que el manejo de los dineros públicos es hoy en día terreno fértil para cualquier cantidad de irregularidades y faltas a la transparencia administrativa.
Lo que si ha requerido la atención de la Asamblea Nacional, es la seguridad de las delegaciones que participan en el Mundial de Softball, o la conmemoración de los 184 años del Congreso Anfictiónico de Panamá, o la muestra fotográfica de la Agencia Venezolana de Noticias, o la supuesta manipulación de la noticia sobre pollos dañados en Cumaná. Para la Asamblea Nacional todas las noticias anteriores superan la importancia de la pérdida monumental de alimentos y de sus consecuencias para la vida de los venezolanos,
No podría ser de otra manera. La Asamblea Nacional está completamente dominada por el Ejecutivo Nacional. Ha dejado de ejercer todas las atribuciones señaladas en el texto constitucional. No existe mayor interés en promover actividades parlamentarias que redunden en beneficios concretos para los ciudadanos. Es por ello que las elecciones del 26 de septiembre constituyen una coyuntura de excepcional importancia. Ese día los venezolanos meteremos nuevamente a la gente en la agenda del parlamento. Los votos de los venezolanos contribuirán para que cese la Asamblea del descaro. La fecha está más cerca cada día.
Politemas, Tal Cual, 23 de junio de 2010
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