En el último “Aló Presidente” el ministro Giordani nos aseguró que la economía está fuerte. Que los datos preliminares del segundo trimestre muestran señales de mejoría. También indicó: “se está activando la economía en muchísimos sectores”. Giordani, en dos platos, se colocó en la dirección contraria a lo que se percibe en la calle, en el mercado, en cualquier conversación cotidiana de venezolanos, de todos los niveles sociales. Todo el mundo se pregunta, ¿dónde queda ese país del cual habla Giordani?
Porque lo que se palpa en la calle es otra cosa. Son las evidencias concretas del segundo año de recesión en fila de la economía. De la inflación más alta de América, y una de las más altas del mundo. Del aumento paulatino del desempleo. De la caída de la inversión pública y privada, indispensable para generar crecimiento y equidad. Tampoco se percata el Ministro de la gravedad de la crisis de los recursos públicos. Muchas empresas estatizadas no tienen recursos para acometer los más básicos planes de inversión. Muchas instituciones públicas no tienen los recursos para terminar el año, mucho menos para emparejar la caída de la inversión real. Ese mundo de realidades concretas dista mucho de lo que se oye desde Miraflores, en una plácida tarde dominical, en el claustro de palacio.
El Ministro dijo esas palabras como si fuera ayer que hubiera tomado posesión del cargo. Giordani ha sido el “arquitectónico”, como ahora le gusta decir al Presidente, de los dos planes de desarrollo de los últimos once años. Esos que nos han traído a estas orillas. Pero no hay mejor antídoto para las palabras de hoy que recordar las palabras de ayer.
Este es el mismo ministro que dijo en marzo de 2009 que las medidas de la época cubrirían el descenso en los precios del petróleo. Junto con Rodriguez Araque vociferó que estábamos “blindados” ante la crisis de principios del año pasado. Es el mismo ministro que el 11 de octubre del año pasado señaló que "ya estamos viendo cierta inflexión en algunos indicadores del tercer trimestre. Si a eso le añades algunas políticas, eso permitirá crecer al nivel del mar, a nivel cero". Para Giordani la caída de la economía el año pasado, en el mes de octubre, no era el escenario previsible. Se atrevió a pronosticar que íbamos a crecer a la “astronómica” cifra de “cero”. Como si esa fuera la máxima aspiración de una de las economías más grandes de la región.
Todos esos pronósticos de Giordani fueron equivocados. La economía venezolana siguió el ritmo de estancamiento consistente con las políticas incompetentes de la última década, todas bajo la responsabilidad de los actuales responsables, y en especial la del ministro Giordani. No hay nada mejor que Google para comprobar que los ministros construyen sus islas de fantasías. Y se quedan viviendo en ellas.
Porque lo que se palpa en la calle es otra cosa. Son las evidencias concretas del segundo año de recesión en fila de la economía. De la inflación más alta de América, y una de las más altas del mundo. Del aumento paulatino del desempleo. De la caída de la inversión pública y privada, indispensable para generar crecimiento y equidad. Tampoco se percata el Ministro de la gravedad de la crisis de los recursos públicos. Muchas empresas estatizadas no tienen recursos para acometer los más básicos planes de inversión. Muchas instituciones públicas no tienen los recursos para terminar el año, mucho menos para emparejar la caída de la inversión real. Ese mundo de realidades concretas dista mucho de lo que se oye desde Miraflores, en una plácida tarde dominical, en el claustro de palacio.
El Ministro dijo esas palabras como si fuera ayer que hubiera tomado posesión del cargo. Giordani ha sido el “arquitectónico”, como ahora le gusta decir al Presidente, de los dos planes de desarrollo de los últimos once años. Esos que nos han traído a estas orillas. Pero no hay mejor antídoto para las palabras de hoy que recordar las palabras de ayer.
Este es el mismo ministro que dijo en marzo de 2009 que las medidas de la época cubrirían el descenso en los precios del petróleo. Junto con Rodriguez Araque vociferó que estábamos “blindados” ante la crisis de principios del año pasado. Es el mismo ministro que el 11 de octubre del año pasado señaló que "ya estamos viendo cierta inflexión en algunos indicadores del tercer trimestre. Si a eso le añades algunas políticas, eso permitirá crecer al nivel del mar, a nivel cero". Para Giordani la caída de la economía el año pasado, en el mes de octubre, no era el escenario previsible. Se atrevió a pronosticar que íbamos a crecer a la “astronómica” cifra de “cero”. Como si esa fuera la máxima aspiración de una de las economías más grandes de la región.
Todos esos pronósticos de Giordani fueron equivocados. La economía venezolana siguió el ritmo de estancamiento consistente con las políticas incompetentes de la última década, todas bajo la responsabilidad de los actuales responsables, y en especial la del ministro Giordani. No hay nada mejor que Google para comprobar que los ministros construyen sus islas de fantasías. Y se quedan viviendo en ellas.
Politemas, Tal Cual, 11 de agosto de 2010
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