La verdad es que el ministro Giordani tiene poco acierto para los símiles. No pega uno. Desde el uso del submarino para graficar que era posible ascender, cuando en realidad lo que indica es algo que está sumergido. Porque uno no espera que los submarinos se la pasen en la superficie, para eso están los barcos.
Y ahora nos viene con el símil del gimnasio. Que la economía venezolana está “fortaleciéndose”, que está en un “gimnasio”. Es verdad, las personas van a los gimnasios para fortalecer sus músculos, para adquirir más flexibilidad. Pero eso debe partir de un supuesto: que las personas están en condiciones de someterse al ejercicio, que están comiendo bien, que tienen el corazón a tono, entre otras exigencias. Nadie ha visto a una persona desnutrida, o en situación de debilidad, ir a un gimnasio.
La verdad es que la economía venezolana no puede ir a ningún gimnasio. No lo aguantaría. La economía venezolana no tiene el fluido de las inversiones. La caída de estos recursos está en 25%, según la Cepal. Es el país de la región con menos inversiones extranjeras, ni hablar de las privadas nacionales.
Esa ausencia de inversiones, en un clima que propenda al crecimiento y a la productividad, no hace otra cosa que debilitar a las economías. Se ponen rígidas, son incapaces de crear nuevos productos o mejorar los actuales, pierden mercados, y no son fuentes de empleos de calidad: la sal del progreso. Economías en esas condiciones no están en el gimnasio, están en la sala de emergencia.
Antes de estar recomendando ejercicios a economías paralizadas, el ministro Giordani debería repasar con detenimiento las cifras del BCV. El año pasado la economía cayó 3,3%, Pero cuando vamos al detalle encontramos que decreció 11% en la minería, casi 7% en manufactura, más de 8% en el comercio, estos dos últimos sectores con gran proporción de empleos.
En el primer semestre de este año la caída acumulada es 3,5%. Pero esta vez la caída de la minería es 15%, la de manufactura es 6,4%, la del comercio es 9%. La actividad no petrolera ha disminuido más (3,1%) que en el año pasado (2%).
Todo ello indica que nuestra economía se ha debilitado mucho más. Ha perdido posibilidades para crear empleos estables. En ese marco de destrucción del tejido productivo nacional, al ministro Giordani no se le ocurre mejor cosa que decir que el paciente postrado está en el “gimnasio”. Que lo que le sale a la economía es “hacer ejercicio”. Con lo cual queda claro que este gobierno no tiene idea de soluciones, es más bien gran parte del problema.
Ya sabíamos que el ministro Giordani había construido su Isla de la Fantasía. En la cual las cosas son todo lo contrario de los padecimientos de desempleo, caída del ingreso y del consumo, que tienen todos los ciudadanos. Ahora sabemos también que el ministro mandó a construir un gimnasio en esa isla. Bien lejos de los problemas cotidianos de la gente.
Y ahora nos viene con el símil del gimnasio. Que la economía venezolana está “fortaleciéndose”, que está en un “gimnasio”. Es verdad, las personas van a los gimnasios para fortalecer sus músculos, para adquirir más flexibilidad. Pero eso debe partir de un supuesto: que las personas están en condiciones de someterse al ejercicio, que están comiendo bien, que tienen el corazón a tono, entre otras exigencias. Nadie ha visto a una persona desnutrida, o en situación de debilidad, ir a un gimnasio.
La verdad es que la economía venezolana no puede ir a ningún gimnasio. No lo aguantaría. La economía venezolana no tiene el fluido de las inversiones. La caída de estos recursos está en 25%, según la Cepal. Es el país de la región con menos inversiones extranjeras, ni hablar de las privadas nacionales.
Esa ausencia de inversiones, en un clima que propenda al crecimiento y a la productividad, no hace otra cosa que debilitar a las economías. Se ponen rígidas, son incapaces de crear nuevos productos o mejorar los actuales, pierden mercados, y no son fuentes de empleos de calidad: la sal del progreso. Economías en esas condiciones no están en el gimnasio, están en la sala de emergencia.
Antes de estar recomendando ejercicios a economías paralizadas, el ministro Giordani debería repasar con detenimiento las cifras del BCV. El año pasado la economía cayó 3,3%, Pero cuando vamos al detalle encontramos que decreció 11% en la minería, casi 7% en manufactura, más de 8% en el comercio, estos dos últimos sectores con gran proporción de empleos.
En el primer semestre de este año la caída acumulada es 3,5%. Pero esta vez la caída de la minería es 15%, la de manufactura es 6,4%, la del comercio es 9%. La actividad no petrolera ha disminuido más (3,1%) que en el año pasado (2%).
Todo ello indica que nuestra economía se ha debilitado mucho más. Ha perdido posibilidades para crear empleos estables. En ese marco de destrucción del tejido productivo nacional, al ministro Giordani no se le ocurre mejor cosa que decir que el paciente postrado está en el “gimnasio”. Que lo que le sale a la economía es “hacer ejercicio”. Con lo cual queda claro que este gobierno no tiene idea de soluciones, es más bien gran parte del problema.
Ya sabíamos que el ministro Giordani había construido su Isla de la Fantasía. En la cual las cosas son todo lo contrario de los padecimientos de desempleo, caída del ingreso y del consumo, que tienen todos los ciudadanos. Ahora sabemos también que el ministro mandó a construir un gimnasio en esa isla. Bien lejos de los problemas cotidianos de la gente.
Politemas, Tal Cual, 8 de septiembre de 2010
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