El pueblo venezolano se apresta a expresar en las urnas electorales el mandato político más relevante en la historia de la democracia venezolana. No es solamente el apoyo a las elecciones como medio de expresión de la voluntad popular, como sucedió en 1947 y 1958. No es solamente el cumplimiento de la rutina institucional que caracterizó la vida política del país hasta 1998.
Las elecciones de 2006 constituyen la encrucijada más significativa de la vida política y social de Venezuela en seis décadas. Se trata de decidir entre una opción autoritaria e incompetente representada por el gobierno del presidente Chávez, por una parte, y la posibilidad de reconquistar la vigencia de un sistema de libertades e instituciones en un marco de bienestar duradero para todos los venezolanos, por la otra.
No es solamente una elección para escoger al primer mandatario. Es una elección entre dos formas muy diferentes de entender la vida en sociedad y sus valores sustantivos. En la práctica, las elecciones ratificarán en gran medida el trayecto redemocratizador que ha caracterizado la vida del país en el año 2006.
Una mirada retrospectiva permite precisar los hitos relevantes de este trayecto. En primer lugar, los sectores democráticos comprendieron acertadamente que enfrentar al gobierno autoritario requiere una propuesta unitaria. En segundo lugar, tal propuesta unitaria requería la coincidencia de partidos, grupos y visiones. Finalmente, la alianza debía contar con el liderazgo de un candidato unitario con una propuesta programática que insistiera en un Acuerdo Nacional.
La alianza democrática unitaria llega al 3 de diciembre con éxitos indudables. Existe un espacio unitario y un candidato con un liderazgo fortalecido por el contacto directo con millones de ciudadanos a través de todo lo largo y ancho del país. También existe una propuesta de gobierno cuya implementación permitiría redemocratizar el país y ejecutar políticas públicas centradas en el bienestar de todos los venezolanos.
Las expresión de la voluntad de los venezolanos el 3 de diciembre permitirán profundizar este trayecto redemocratizador. Quedará claro que el voto es el instrumento de los cambios en Venezuela. Que debemos seguir insistiendo en un sistema electoral más transparente y equitativo. Pero habrá quedado en evidencia que las elecciones son coyunturas fundamentales para el cambio de nuestro sistema político.
También quedará demostrado que la mayoría de los venezolanos respalda al sistema democrático y la mejoría de sus condiciones de vida. Que el autoritarismo y la incompetencia están en contradicción con las aspiraciones de los ciudadanos. Que los liderazgos militaristas y antidemocráticos no son acompañados por vastos sectores de la sociedad venezolana.
Los votantes por la alianza democrática también expresarán que desean un gobierno de Unidad Nacional. Que sea capaz de convocar a todos los sectores representativos del mosaico político e institucional del país. Que esté dispuesto a dialogar con toda la diversidad de posiciones de una sociedad amplia y compleja como la nuestra. Pero también exigirán la convocatoria a todos los sectores, la amplitud necesaria para acabar con la exclusión política que ha sido característica del gobierno que aspira a la reelección.
Los venezolanos demandarán con su participación electoral el fortalecimiento de nuestros partidos políticos democráticos, así como la constitución de una alianza unitaria que trascienda la coyuntura del próximo domingo. Dicha alianza deberá acometer con prudencia y paciencia la tarea de redemocratizar a Venezuela a través de acciones concertadas y estratégicas. Se trata de acordar un camino común, una nueva forma de entender la vida política, basada en el entendimiento y las visiones compartidas. Las próximas contiendas electorales serán oportunidad para nuevos avances en esta tarea.
El mandato del 3 de diciembre será la ruta política para esta alianza unitaria. Será la oportunidad de profundizar nuestras creencias y prácticas democráticas. Será un mandato para un futuro de posibilidades. Vayamos todos a votar para expresar ese mandato ante la historia.
Politemas, Tal Cual, 29 de noviembre de 2006
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